Los 13 pueblos más bonitos de Cataluña para fotografiar y luego enmarcar

by hola.com

VIELHA
La capital del vall d’Aran es el mejor punto de partida para recorrer este valle donde habita la esencia de los Pirineos, con joyas patrimoniales como la iglesia de Sant Miquèu o el Musèu dera Val d’Aran.

 

MONELLS
Para quedar boquiabierto ante una plaza porticada en la que se percibe el Medievo latiendo entre sus arcadas ninguna como la plaça Mayor del pueblecito de Monells, engastada en el recoleto barrio del Castillo.

 

CADAQUÉS
Cadaqués es un pueblo blanquísimo. Y también azulísimo. Blanco por sus casas encaladas y azul, el del mar que lo enmarca y al que vive volcada. La combinación de ambos es un cuadro de lo más sugerente, al que se suma su esencia pesquera, las playas de su entorno y el glamour que le aportaron desde el siglo pasado veraneantes tan ilustres como Salvador Dalí. Es parada imprescindible en dirección al cabo de Creus donde continuar la ruta hasta la casa-museo de este genial artista en Portlligat.

 

BESALÚ
La imagen de su puente fortificado, con arcos desiguales y torre defensiva, salvando las orillas del Fluvià no puede ser más elocuente y tiene su mejor fotografía desde el antiguo barrio judío, donde se esconde una de las singularidades de Besalú, el baño judío medieval de purificación que se encontraría junto a la sinagoga. El Prat de Sant Pere, la plaza en la que se encuentra la iglesia del monasterio de Sant Pere, los templos de Santa María, San Vicente y San Julián, el Ayuntamiento, la casa Cornellà o los soportales de la calle Tallaferro son algunos de sus imprescindibles.

 

CASTELLFOLLIT DE LA ROCA
Del hermoso perfil de Castellfollit de la Roca, estirada sobre un acantilado de roca basáltica en la provincia de Girona, resalta el campanario de la iglesia de Sant Salvador. La Vila Vella tiene su centro en la plaza de Sant Roc donde se levanta la torre rosada del Reloj y de la que parten las dos principales calles bordeadas de casas de piedra.

 

SIURANA
Encaramado en un peñón de piedra caliza y oteando un paisaje de valles y acantilados, esta pequeña localidad de la provincia de Tarragona es, por méritos propios, un pueblo de cuento donde pasear por sus callejuelas de sabor medieval, descubrir sus leyendas protagonizadas por bellas nobles moriscas y disfrutar de sus puestas de sol.

 

PALS
Nada desentona en este escenario medieval perfectamente reconstruido que rezuma exquisitez: ni sus calles adoquinadas, ni sus pasajes bajo arcadas, sus casas con portones ni siquiera los letreros de los comercios o sus establecimientos de hostelería.

 

RUPIT
Perspectivas, bosques frondosos, el pantano de Sau con el campanario del anegado núcleo de Sant Romà emergiendo de sus aguas son algunas de las sorpresas que depara el valle de Sau, en la provincia de Barcelona. Pero también el pueblo medieval de Rupit, de calles estrechas y empinadas, coronado por un castillo y próximo al salto de Sallent.

 

SITGES
Pocos lugares hay más animados que la ciudad de Sitges, en la Costa del Garraf. La silueta de la iglesia de San Bartolomé y Santa Tecla, con sus dos torreones desiguales, mirando hacia el paseo marítimo componen una de las estampas más clásicas de esta ciudad a 40 kilómetros de Barcelona.

 

TOSSA DE MAR
La imagen más conocida de esta localidad es la de sus torres y murallas cayendo suavemente sobre la playa. Pero además de su bien conservado recinto amurallado Tossa guarda una Vila Vella, con casas, arcos y callejas con mucho encanto, y una ciudad nueva, con buenos ejemplos de casas modernistas que llevan a su calle más típica, el carrer del Portal, o al paseo marítimo.

 

TAÜLL
La belleza de los templos del vall de Boí solo es equiparable a la de los paisajes que los rodean. Campanarios lombardos que parecen querer tocar el cielo, muros de piedra, techumbres de pizarra, ábsides redondeados hasta la perfección, portadas labradas, ventanas mínimas, adornos de arquerías ciegas... Y en el interior pinturas maravillosas que unos artistas anónimos dejaron por encargo de nobles y obispos. Entre sus mejores ejemplos, la iglesia románica de Sant Climent, en el pueblo de Taüll, referencia fotográfica del valle.

 

MONTBLANC
Alzada sobre una colina visible desde lejos, la que es una de las poblaciones más bellas, bien conservadas y pintorescas de Cataluña responde a la perfección al núcleo medieval que encierra. Abrazada por una muralla de un kilómetro y medio, que da buena cuenta de su importancia estratégica en la Edad Media, reúne tal concentración monumental que le ha valido su declaración como conjunto histórico artístico.

 

ARTÍES
En el valle de Arán, en pleno Pirineo de Lleida, se sitúa este pequeño y pintoresco pueblo a orillas del río Garona. A los pies de la iglesia románica de Santa María, Arties compone un mosaico de tejados y puntiagudos campanarios de pizarra, donde también sobresalen otros edificios notables, como la casa Ço de Paulet, el macizo torreón de la casa de Portolá y la iglesia de Sant Joan. Como curiosidad, aquí se habla una lengua propia, el aranés, y se disfruta de una gastronomía tradicional con mucha enjundia. Todo con las montañas pirenaicas como telón de fondo.