¿Cuántas veces ha sido elegida Sarlat como escenario de rodaje para películas de culto? Innumerables. Y tiene su explicación. Parece increíble, pero aunque se intente, es imposible encontrar un solo elemento que desentone en esta localidad de Francia. Basta ponerse a pasear por las estrechas callejuelas medievales de su casco antiguo para retroceder varios siglos atrás, un viaje al pasado aderezado por tal concentración de vistosas fachadas de estilo gótico, renacentista y barroco que solo así se entiende que sea la ciudad europea con mayor número de edificios declarados monumento histórico por kilómetro cuadrado.
Entre el valle del Dordoña y el del Vézère, en la región de Nouvelle-Aquitaine –que se precia de ser la que posee mayor cantidad de los pueblos más bellos de Francia–, Sarlat es la villa perfecta para una escapada otoñal al Périgord Noir. Está llena de rincones y animadas plazas con terracitas para disfrutar de los días al aire libre y su gastronomía, protagonizada en esta época por la trufa, el foie, las setas y las nueces, atrae a ella a los viajeros más gourmet.
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El acierto de Sarlat es haber sabido preservar la escala humana con la que fue concebida y eso la convierte en una ciudad ideal para descubrir caminando. El mejor lugar para iniciar la visita es la place du Peyrou, a los pies de la catedral de St-Sacerdos, muy cerca del lugar que en su día ocupó la abadía benedictina alrededor de la cual surgió la primitiva ciudad medieval.
UN CASERÍO DE COLOR DORADO
Justo detrás de la cabecera de la catedral, al lado del antiguo cementerio de los canónigos, hay un mirador al que hay que acercarse para tener una buena perspectiva de la localidad. A primera vista lo más llamativo del caserío de Sarlat es el color dorado de la trabajada piedra con la que están levantados la mayoría de sus edificios, pero también destaca su abigarrado conjunto de empinados tejados. Unos metros por encima de este punto se alza una curiosa torre románica de planta cilíndrica y tejado cónico que es conocida con el misterioso nombre de Lanterne des Morts.
UNA FOTO A LA MAISON DE LA BOÉTIE
De nuevo junto a la entrada de la catedral hay que admirar el antiguo palacio episcopal adosado a la misma. Y justo enfrente, y cerrando la place du Peyrou, la Maison de La Boétie (en la imagen), bella muestra de la arquitectura civil renacentista cuyos amplios y elegantes ventanales y, sobre todo, los picudos remates de sus fachadas la han convertido en uno de los iconos de la ciudad.
Un pasadizo que atraviesa la Maison de La Boétie permite alcanzar, pasando antes por la también notable casona renacentista del Hôtel de Maleville, la place de la Liberté. En este amplio ámbito urbano se celebra el famoso mercado de Sarlat, que los sábados extiende sus bien surtidos puestos por otras muchas calles de la localidad. Un excelente foie gras y las exquisitas trufas del Périgord son sus productos estrella.
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Para disfrutar de estos y otros manjares, Le Madeleine (hoteldelamadeleine-sarlat.com) ofrece cocina de la tierra bien elaborada en un establecimiento que también es hotel.
EL MERCADO DE LAS 3 OCAS
Todavía quedan muchos rincones para descubrir en la ciudad y a veces entra la tentación de apresurar el paso. Pero hay que mantener la calma y recorrer pausadamente la rue des Consuls, con su apretada colección de casas de los siglos XIV al XVII, entre las que destacan el Hôtel Plamon, el Hôtel de Vassal y el Hôtel de la Mirandole. Tras acercarse hasta la entrañable plaza del ‘mercado de las tres ocas’, y tomar un trago del agua que brota en la renacentista fontaine de Ste-Marie, el recorrido acabará buscando la iglesia de Ste-Marie, convertida en mercado cubierto, el Hôtel de Grézel y el antiguo tribunal real presidido por la Tour du Présidial.
DÓRMIR EN SARLAT
La Maison des Peyrat (maisondespeyrat.com), una casona antigua con estancias muy cuidadas, jardín y piscina. O La Hoirie (lahoirie.com), un pabellón de caza del siglo XIII en mitad de un parque arbolado con habitaciones decoradas con muebles antiguos y restaurante. Otras buenas opciones son Au Grand Hôtel de Sarlat (au-grand-hotel-de-sarlat.com/), una moderna construcción con habitaciones actuales y confortables y la casona señorial Relais de Moussidière (hotel-moussidiere.com), a dos kilómetros de Sarlat, en una finca de 7 hectáreas con estanque.