María Castro nos desvela sus lugares favoritos en sus queridas Rías Baixas
Entrevistamos a la actriz que se encuentra ahora en pleno rodaje de la serie ‘Seis Hermanas’ y embarcada, nunca mejor dicho, en la tvmovie ‘22 Angeles’, una historia de valentía y coraje que narra la expedición de la fragata María Pita al otro lado del océano. Orgullosa de su tierra, ejerce de embajadora privilegiada para descubrirnos sus sitios preferidos en Vigo y Baiona, a los que tan unida se siente.
Ejerces de perfecta embajadora gallega, como en la Feria Internacional del Turismo de Madrid (Fitur), donde presentaste la ruta de la arquitectura contemporánea en las Rías Baixas.
Me siento muy orgullosa de trabajar en mi tierra y para mi tierra. Creo que tenemos mucho que exportar al extranjero y difundirlo también a nivel nacional, y si a través de mi imagen esto puede hacerse en parte, ¡pues adelante! Las Rías Baixas guardan muchos tesoros que la gente merece conocer. Si algo se sabe de mí es que soy de Galicia, porque no me canso de repetirlo.
-Vigo, tu ciudad, es una ciudad de arte desde hace siglos. Ahora, además está viviendo un efervescente proceso creativo con edificios como el Museo del Mar, el MARCO (Museo de Arte Contemporáneo), la Universidad de Vigo, el Auditorio Palacio de Congresos Mar de Vigo, la plaza de El Pueblo Gallego… ¿con cuál de ellos te quedas?
Es difícil la elección, pero quizá me quedo con el Museo del Mar. Primero, por lo que el mar significa para las Rias Baixas y para toda Galicia. Además el emplazamiento es clave, en la antigua fábrica de conservas de Alcabre. Si en la entrada arbolada hay detalles de cerámica de Sargadelos y el interesante castro Punta do Muiño (habitado desde el siglo VIII a.C.), una vez dentro, en sus salas se relata cómo ha sido nuestra actividad pesquera a lo largo de la historia, mientras en el acuario se puede disfrutar de los diferentes ecosistemas y de la costa acantilada de las islas Cíes.
-Si alguien va por primera vez a Vigo un fin de semana, ¿qué lugares imprescindibles no debería perderse?
Por supuesto, el casco viejo –restaurado con un gusto exquisito–, pasear por el Castro –situado en un emplazamiento único–, ir a la zona comercial de la calle Príncipe, echarle pan a los patos en el parque de Castrelos, disfrutar de los jardines de la finca de la Marquesa... Y después, visitar los alrededores de Vigo: Baiona, Tui, A Guardia... ¡Hay tanto donde elegir!
-Recomiéndanos esos restaurantes de Vigo que están entre tus preferidos, donde se coma muy bien y se disfrute de la gastronomía.
Si quieres disfrutar de una buena mariscada en mi tierra, la oferta es muy amplia, pero por ejemplo, El Mosquito (elmosquitovigo.com). Eso sí, tras el marisco dejad un poco de sitio a su maravilloso coulant de chocolate. Otro que me encanta es el Marina Cíes Beach Club (marinaciesbeachclub.com), en el mismo paseo de la playa de Samil, donde se come muy muy bien (os aconsejo el pulpo a la brasa) y su ambiente es muy agradable. Y después siempre se puede bajar la comida dando un paseo agradable por la playa.
-El mejor plan para después de cenar y acabar el día es…
Disfrutar de un refresco o copa en cualquiera de los locales de la plaza de Montero Ríos. Se llena de vida por la noche y el ambiente es muy agradable.
-O Vado, Saiáns, Canido, Samil… ¿Cuál es tu playa preferida de Vigo?
La playa de Samil. Un arenal eterno, con un paseo inigualable, un pinar maravilloso para echarse una buena siesta después de merendar en sus bancos de piedra. Y tiene una gran oferta de piscinas para los más pequeños (aquí se nota que pienso en mis sobrinos...). Cuando te has cansado de la playa, puedes coger los patines y disfrutar de una pista maravillosa.
-Y tu zona de compras?
La calle del Príncipe... Aquí puedes encontrar todo tipo de negocios... Por supuesto las cadenas más típicas, pero también negocios únicos y con un sello inconfundible gallego.
-El Mercado da Pedra también es un lugar imprescindible para las compras…
Si, pero es un buen lugar también para disfrutar de un buen Albariño y unas ricas ostras... Nadie puede irse de Vigo sin degustarlas.
-Tu lugar habitual de paseo por Vigo es…
El paseo pegado al río Lagares. Tengo un perro grande que necesita mucho movimiento, y en los días soleados disfrutamos muchísimo de este recorrido ¡llega agotado a casa, el pobre!
-¿Y el mirador para quedarse con el mejor recuerdo de la ciudad?
Sin duda, el monte del Castro, que ofrece la estampa perfecta de Vigo. Además es el lugar de nacimiento de la ciudad. No hay que dejar de visitar el castillo del Castro y sus jardines.
-Una excursión obligada desde Vigo, ¿dónde nos llevaría?
Al parque natural de las Islas Cíes. Tras 30 minutos en barco se llega a un paraíso para disfrutar en un día recorriendo sus múltiples rutas de senderismo... O incluso hacer noche en su camping, y disfrutar a fondo de sus diversas playas.
-Muy cerca de Vigo está Baiona, un lugar muy vinculado a ti desde siempre. ¿Cuáles son tus recuerdos de esta villa?
En realidad no hay nada que no me recuerde a Baiona. He vivido allí cada una de mis etapas: niñez, adolescencia, juventud... De hecho el primer verano lo pasé allí ¡en la barriga de mi madre! Recuerdo mis mañanas de playa, mis tarde de pesca, mis viajes en el barco de los amigos… Y las noches plagadas de helados y de risas…
-En Baiona es un placer…
Para mí, dar un paseo por el parador. Bien sea pegado al mar o dentro de sus muros. Desde aquí las vistas de las islas Cíes son inigualables, el batir de las olas muy relajante y las puestas de sol impresionantes.
-¿Cuál es la mejor época para visitar Baiona?
Cualquiera. Especialmente en verano... Pero en invierno también tiene su encanto. Una época muy especial es durante la fiesta de la Arribada, el primer fin de semana de marzo, que rememora la llegada de la carabela Pinta tras haber descubierto las Américas. Toda la ciudad se tiñe de granate, la gente se viste de medieval para la ocasión y el casco viejo se llena de puestos muy apetecibles de comida y productos artesanos. De verdad que merece la pena y es un acercamiento a nuestra historia.
-Tus recomendaciones para los que buscan rutas culturales…
Subir al monte Tecla, y tras disfrutar de las vistas de la desembocadura del río Miño que une Portugal con Galicia, es obligada la visita a la zona de los castros, muy bien restaurados, donde se explica a la perfección cómo vivían entonces sus gentes. Merece la pena invertir allí medio día.
-Igual que en Vigo, recomiéndanos esos restaurantes de Baiona que están entre tus preferidos.
Si quieres algo auténtico, donde precisamente comemos los de allá, yo no me perdería el Baiña (Rúa Herminio Ramos, 11), la relación calidad precio es inmejorable, y las gambas a la plancha todo un éxito. Otro que me encanta por su decoración es O Rincon (Ventura Misa, 43), que, como su nombre, indica está lleno de espacios o rincones muy románticos e idóneos para disfrutar de una agradable velada. Y una bonita terraza para cenar al aire libre, es la del restaurante La Boqueria (Ventura Misa, 64), donde las tapas son deliciosas y abundante, el trato inmejorable y la plaza en la que está situado muy agradable... ¡Querrás alargar la velada hasta ni se sabe cuando!
-¿Y el mejor ambiente de noche?
Después de visitar la zona de los vinos, yo en especial me quedaría con el pub D'sastre (Ventura Misa, 3), porque la decoración y el ambiente son inmejorables, y buscaría relax en la zona chill out del Villa Rosa (Av. Joselín, 2), una casa colonial restaurada en un emplazamiento inmejorable, mirando al mar.
-Un remanso de paz donde aislarte en Baiona.
Cualquier zona del rompeolas en el paseo de Baiona... donde las vistas y el rugir del mar relaja mucho. Aunque también, porque hay mucho silencio y paz, la zona que rodea la ermita de Santa Marta, entre las playas Ladeira y Santa Marta, donde pasarse la tarde con un libro resulta de lo más apetecible.