Nueva York en familia, todo un bocado para grandes y pequeños
Subirlos al Rockefeller Center para avistar Central Park a vista de pájaro antes de hacer un picnic sobre sus praderas. Probar hamburguesas, perritos y helados dignos del Guinness, peregrinar por jugueterías increíbles y admirar desde los dinosaurios del Museo de Historia Natural y los portaviones del Intrepid hasta los escenarios de sus pelis favoritas o el musical de sus sueños.
¿Una ciudad con más de 10 millones de almas y un ritmo frenético? De entrada intimida, sin embargo Nueva York no podría sumar más alicientes para un viaje en familia. El vuelo desde España no resulta excesivamente largo –unas siete horas, que si se hacen de noche es pan comido–, y los tediosos trámites de entrada a Estados Unidos se aligeran bastante cuando se viaja con niños pequeños, ya que se tiene prioridad en las kilométricas colas de inmigración. Sí habrá de tenerse en cuenta que en la Gran Manzana se camina siempre mucho y quizá sea sensato decidirse a hincarle el diente cuando hayan cumplido al menos los ocho años.
Para ellos no hay mejor guía en castellano que Mi primera Lonely Planet, repleta de grandes secretos para pequeños viajeros con los que ir picando su curiosidad. Así podrán ayudar a parar un taxi ya que habrán aprendido que solo están libres si llevan encendido el número central de las luces del techo. Sabrán también que tanto el aire acondicionado como la gelatina o el papel higiénico los inventó un neoyorkino, que lo de los caimanes en las alcantarillas es una leyenda urbana o que King Kong sólo se cayó del Empire State en la pantalla.
Este rascacielos tan cinematográfico suele tener colas eternas durante el día pero rara vez de noche –cierra de madrugada–, por lo que auparse hasta sus miradores para avistar todo Manhattan iluminado apunta como un plan imbatible para la primera velada. A la azotea del Rockefeller Center –Top of the Rock para los amigos– será mejor subir de día para admirar desde sus alturas el cuadrilátero perfecto de Central Park antes de lanzarse a explorar sus descomunales hechuras a pie, en calesa o en las bicis que se alquilan allí. En los típicos puestos de comida rápida podrán comprarse los primeros hot dog de los muchos que caerán para improvisar un picnic por sus praderas.
A un costado del parque, las colecciones del Metropolitan, con desde arte egipcio hasta los grandes maestros de Europa, serán de visita obligada para chavales más mayores, con quienes también habrá de visitarse el paraíso hipster de Williamsburg, los barrios siempre a la última del Soho, Nolita y Tribeca, así como el desconcertantemente industrial Chelsea Market. En la antigua fábrica de Oreo, este mercado queda a pasos escasos del High Line, un originalísimo parque aéreo que sus vecinos financiaron a través de crowdfunding al recuperar las vías abandonadas del tren que antaño sobrevolaba entre las casas. Para cerebritos, el MoMath, el museo de las matemáticas divertidas, aunque otros preferirán los dinosaurios, la ballena a tamaño natural y las proyecciones en IMAX que, del otro lado de Central Park, exhibe el Museo de Historia Natural. Sí, el de la peli Una noche en el museo.
Otros imprescindibles a anotar en la agenda: cruzar el puente de Brooklyn a pie, transitar la Zona Cero y auparse hasta el mirador del flamante One World Trade Center, sorprenderse con los contrastes de China Town y Little Italy, animar a los Knicks en el Madison Square Garden o pasmarse ante los neones de Times Square al salir de un musical. O, para los apasionados de los portaviones, los transbordadores espaciales y los submarinos, la visita al Intrepid Sea, Air & Space Museum que abre justo al lado del muelle en el que, tras un día agotador, concederse un respiro subiendo a los barcos de Circle Line para navegar cerca de hora y media alrededor de la isla de Manhattan. Espectacular tomarlo cuando empieza a caer la noche para ver su skyline con luz a la ida y, de regreso, ya con los rascacielos iluminados.
Si no se tiene verdadero capricho en subir a la corona de la Estatua de la Libertad –hay 377 escalones y las entradas se agotan con hasta meses antelación, por no hablar también aquí de unas colas de órdago–, estos cruceros panorámicos sirven una estupenda alternativa para tomarse unas fotos cerca de ella y sin el menor estrés.
Si la espectacular tienda de Apple en la Quinta Avenida hará las delicias de geeks de cualquier edad, por esta arteria se irán sucediendo escaparates con todas las firmas de lujo que en el mundo hay, amén de almacenes míticos como Saks y joyerías como Tiffany para hacer suspirar a las mamás. Mientras, a los más pequeños les aguardan lugares como el American Girl Place, donde las niñas podrán vestirse a juego con su muñeca y hasta dejarla en manos de una estilista para cambiarle el peinado o perforarle las orejas para ponerle pendientes. A la muñeca, claro.
NO DEJES DE….
El calendario de Nueva York anda siempre a rebosar de eventos. Muchos entonces están pensados para los niños y son gratuitos. Buscando en: nycgo.com/articles/free-for-kids será imposible no encontrar un buen plan.
MUY PRÁCTICO
COMPAÑÍAS QUE TE LLEVAN
Numerosas compañías, desde Iberia y Air Europa hasta United Airlines o Delta, operan vuelos directos entre Madrid o Barcelona y Nueva York. En esta temporada puedes conserguir billetes de avión idea y vuelta por alrededor de 500 €. Te convendrá cotejar también en comparadores de vuelos como Skyscanner (skyscanner.es).
CONSEJOS ÚTILES
- Obligatorio, incluso para los niños, estar en posesión de la autorización ESTA (esta.es) para entrar a Estados Unidos.
-La tarjeta Metro Card (mta.info) supondrá un ahorro si se va a utilizar bastante el transporte público. Con ella se puede viajar ilimitadamente en metro –lo más rápido para distancias largas y a las horas punta en las que todo Manhattan se atasca– y los autobuses. Estos, además de permitir ir viendo la ciudad, son fáciles de usar gracias al trazado a cuadrícula de la isla.
-También la tarjeta City Pass (citypass.com) ahorrará tiempo y dinero, ya que incluye las principales atracciones a precio y colas reducidos.
CUÁNDO IR
La primavera y el otoño son las más agradables, ya que en verano habrá que contar con mucho calor y, en invierno, con fríos heladores, aunque la Navidad aquí es única.
LOS MEJORES ALOJAMIENTOS PARA IR CON FAMILIA
Esencial siempre, pero más viajando con niños, reservar un hotel céntrico en Manhattan. Muchos tienen dos camas dobles en la habitación, por lo que a menudo será posible alojar a toda la familia en una. Entre tantos otros, el Beacon Hotel (beaconhotel.com) del Upper West Side, donde dos niños de hasta 12 años pueden dormir gratis en la gran cama extra de la habitación de sus padres, además de contar con mini cocina. También la tienen los suite studio del Staybridge (staybridge.com) de Times Square mientras que, en la misma zona, los del Double Tree Suites (hiltonhotels.com) cuentan con un sofá-cama en el salón para alojar gratis hasta dos niños de también esta edad, además de microondas para calentar algún plato que se haya comprado. El Holiday Inn NY-57St (ihg.com), a buen precio para lo caro que es el alojamiento en Nueva York, dispone también de facilidades para niños, amén de una piscina en el ático. Más hoteles familiares, en minitime.com.
NO TE PIERDAS ESTOS SITIOS PARA COMER
Perritos calientes en los típicos puestos callejeros, helados gigantes por doquier, los macaroni & chesse de Smac (smacnyc.com), las famosas hamburguesas de PJ Clarke’s (pjclarkes.com) y los todavía más famosos pastramis de Katz’s (katzsdelicatessen.com), las pizzas de Lombardi’s (firstpizza.com), tacos mexicanos, noodles chinos y, en definitiva, cocina de cualquier lugar del planeta. Si algo no se encuentra en Nueva York, es que directamente no existe.