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Por Santoña en busca de marismas y un faro imposible

Como sin esfuerzo no hay paraíso, te proponemos un reto viajero, el de emprender una ruta al borde del mar con un final feliz: el faro del Caballo. Eso sí alcanzarlo im-plica descender casi 700 peldaños por una escalera infinita -¡como una semana de gimnasio!- . Es uno de los secretos que depara esta localidad cántabra en el monte Buciero. Pero para seguir descubriendo más necesitarás estas pistas:


18 de agosto de 2015 - 14:15 CEST

A Santoña, primer puerto pesquero de Cantabria, se llega buscando sus delicias gastronómicas: la anchoa, sobre todo, y también merluzas, lubinas y almejas. Pero hay otros reclamos naturales que no se comen y que apetecen. Uno de ellos es el monte Buciero, una abrupta península de 600 hectáreas que se adentra en el mar al lado mismo de la población y en la que se conserva la mejor mancha de encinar cantábrico del país, entre acantilados de 200 metros, fortificaciones napoleónicas y faros como el del Caballo, de 1863, cuyo acceso es uno de los más espectaculares.

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Con una escalera de acceso con nada menos que 682 peldaños el faro del Caballo es uno de los más espectaculares de España. Llegar a él supone un esfuerzo pero la recompensa merece la pena. Foto: Víctor M. Fernandez Mollinedo-Naturea.

ITINERARIO
La senda que conduce al faro forma parte de un precioso itinerario circular de 12 kilómetros -unas cuatro horas, sin contar paradas-, bien señalizado con letreros y círculos de pintura azul. El inicio está al final del paseo marítimo, junto al fuerte de San Martín, una poderosa defensa en forma de herradura que vigila la entrada del puerto y la bahía.

FUERTES Y BATERÍAS
A lo largo del recorrido podrás ver otros fuertes y baterías construidos -o muy mejorados- en los tiempos en que las tropas napoleónicas ocuparon la plaza santoñesa. Y otro faro: el del Pescador. Pero el momento cumbre es cuando, tras una hora larga de caminata, se arriba a la batería de San Felipe y se divisa, allá abajísimo, al pie del acantilado, el faro del Caballo, para llegar al cual hay que descender por una escalera que se hace infinita y que fue construida por los presos del penal del Dueso, cárcel que se ve en la última parte de la ruta, al pasar sobre la playa de Berria.

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La playa de Berria, con 2.200 mtr. de arena blanca y fina. Foto: Juan Carlos Muñoz.

MARISMAS
Después hay que acercarse –en coche- a otro enclave natural de Santoña: las marismas de su bahía, donde se entreveran las aguas del Cantábrico y las del río Asón. En las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, que así se llama el parque natural, se concentran hasta 20.000 aves de 120 especies diferentes. El centro de visitantes del parque está en el puerto, en un moderno edificio con forma de cubierta de barco conocido como El Mirador de las Marismas. Al lado del puerto arranca la carretera de los Puentes (CA-241), que atraviesa el humedal brindando dos buenas oportunidades para espiar a los pájaros: en el observatorio de La Arenilla, nada más salir de Santoña, y en el muelle del monasterio de Montehano, a tres kilómetros.

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Más de 4.000 hectáreas de alto valor ecológico componen las marismas de Santoña con infinidad de aves, mamíferos y una flora singular.
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Santoña es un municipio del oriente cántabro con grandes reclamos naturales además de gastronómicos. Foto: Víctor M. Fernandez Mollinedo-Naturea.

FÁBRICAS DE CONSERVA
De vuelta en Santoña, se ha de estar atento a la sirena de la venta, la que anuncia la entrada de los barcos, para ver cómo descargan en el puerto. También es un entretenido plan visitar alguna fábrica de conservas y saber qué es lo que hace que las de Santoña estén tan ricas y valgan lo que valen. Conservas Emilia (conservasemilia.com), Conservas Ana María (suculencia.com) y Conservas Peña Rey (conservasprey.com) ofrecen la posibilidad de visitas gratuitas con cita previa.

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Para saber qué es lo que hace que las anchoas estén tan ricas hay que acercarse a alguna de las conserveras de Santoña y realizar una visita.

GUÍA PRÁCTICA

DÓNDE DORMIR

POSADA LAS GARZAS (Berria, posadalasgarzas.com). Situado en la playa de Berria, este hotelito dispone de 11 coquetas habitaciones con nombres de aves. Mucha tranquilidad, trato personal y excelentes desayunos.

SAN ROMÁN DE ESCALANTE (Escalante, hotelsanromandeescalante.com). Casona campestre del siglo XVII llena de obras de arte, con habitaciones de 60 m2 y buen restaurante. A seis kilómetros de Santoña.

PARADOR DE LIMPIAS (Limpias, parador.es). Junto a la ría del Asón, a 15 kilómetros de Santoña, se encuentra este palacio con jardín de árboles monumentales, dos piscinas y restaurante.

DÓNDE COMER

EL RESTAURANTE DE PILAR (Santoña, elrestaurantedepilar.com). Cocina tradicional marinera en un moderno edificio en forma de yate que mira al mar.

AS DE GUÍA (Santoña, restauranteasdeguia.es). Cocina de mercado, con los mejores productos de la zona. Originales arroces.

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