Y las diez mejores ciudades de Europa son…

Tres españolas, Barcelona, Sevilla y Madrid, se han colado en la lista, pero es Italia el país que encabeza el ránking, con Florencia y Roma en los primeros puestos. Abre los ojos porque te presentamos en imágenes estas ciudades imprescindibles del continente.

by hola.com

Florencia, Roma, Cracovia, Barcelona, Estambul, Budapest, Sevilla, Edimburgo, Madrid y París son, por este orden, las mejores ciudades de Europa de 2015. No lo decimos nosotros, así las han elegido los lectores de la prestigiosa revista estadounidense Travel +Leisure, que cada año elabora un ránking de ciudades tanto en el mundo como por continente.

* Usa las teclas derecha e izquierda para navegar por las fotos en la página

1. FLORENCIA
El espíritu del Renacimiento sobrevuela la capital de la Toscana, el destino que acaricia todo amante del arte que se precie. Las galerías de los Uffizi y la Academia, el David de Miguel Ángel, el Palacio Pitti, sus refinadas plazas, iglesias y villas o la sublime estampa del Ponte Vecchio sobre el Arno…

 

2. ROMA
Grabada en los restos de la Antigüedad clásica, y tan regia como en su madurez, durante el Renacimiento y el Barroco, Roma es, sin embargo, una ciudad moderna y rematadamente hermosa, y eso que ya tiene más de 2.700 años.

 

3. CRACOVIA
Tomar al caer el sol un czarna en una terraza en las arcadas del bello edificio renacentista de Lonja de los Paños, que preside el casco antiguo de Cracovia, declarado Patrimonio de la Humanidad, es un imprescindible en esta ciudad, tanto como contemplar a La dama del Armiño de Leonardo da Vinci o hacer una excursión a las minas de sal Wieliczka.

 

4. BARCELONA
El paseo de Gracia, la Sagrada Familia, Pedralbes Montjuïc, el Port Vell, el mar… La capital es una gran metrópolis mediterránea donde caben todas las expresiones culturales, artísticas y sociales.

 

5. ESTAMBUL
Basta un paseo al atardecer por las orillas del Bósforo divisando las cúpulas de Santa Sofía para enamorarse de Estambul, esa ciudad turca cruce entre Oriente y Occidente, con opulentas mezquitas, bazares, palacios y barrios con sabor arrimados bien al Cuerno de Oro, que cerca el más estricto casco histórico, bien a las aguas del Bósforo que lo separan y al tiempo lo unen al continente asiático.

 

6. BUDAPEST
La capital húngara se descubre a pie, en tranvía, en bici o incluso desde el agua, navegando por el Danubio, nexo de unión entre las dos ciudades que la forman. Aupada sobre una colina coronada por un castillo, la vieja ciudad de Buda; a sus pies, la de Pest, el ensanche de la gran urbe que surgió cuando se convirtió en la segunda capital de un gran imperio. Una y otra forman hoy un conjunto inseparable que rebosa vitalidad.

 

7. SEVILLA
Hubo un tiempo en que la Giralda, su monumento más emblemático, fue el edificio más alto del planeta. A la sombra de su catedral se esparcen sus monumentos más emblemáticos, como la plaza de España, y también los barrios populares que pregonó Miguel de Cervantes y que pintó Diego Velázquez. A orillas del Guadalquivir, esta capital moderna, colorista y bulliciosa promueve un constante culto placentero de la vida.

 

8. EDIMBURGO
Edimburgo crea adicción por su monumentalidad y su encanto: su castillo, sus colinas, su casco antiguo, su whisky, sus faldas y sus gaitas, pero, en verano, más aún, convertida en la capital europea del espectáculo gracias a sus festivales.

 

9. MADRID
Madrid es una ciudad en constante movimiento que se adapta al ritmo de cada uno. Y Madrid también es su incesante vida cultural, las tapas, la marcha…. Una urbe cosmopolita que hay que vivirla para disfrutarla, por supuesto, de día y de noche.

 

10. PARÍS
A la capital más visitada del planeta le sobran razones para encandilar: los mejores restaurantes, las tiendas más coquetas o rompedoras, su vivísimo ambiente mulitétnico y una oferta cultural inabarcable, pero, sobre todo, un descomunal centro histórico deliciosamente conservado y cuajado de rincones románticos que, barrio a barrio, ha cimentado la convicción generalizada de que uno no puede irse de ese mundo sin haberla callejeado antes a conciencia.