Lo que suena más allá de Salzburgo
La capital de la música clásica es también una joya de la naturaleza, encajada en majestuosas montañas que esconden una decena de pueblecitos encantadores. Un plan redondo: escalada, golf y cultura popular durante el día; conciertos y paseos por las elegantes calles de Salzburgo para rematar la jornada.
Son muchos los que deciden alojarse en los alrededores de Salzburgo, en Austria, para empaparse de la vida rural a solo unos kilómetros de la lujosa capital de la música.
Bosques y prados idílicos flanqueados por las montañas de Baviera que ofrecen un sinfín de excursiones de turismo activo y de naturaleza.
La pequeña localidad de Grödig es un buen punto de partida para explorar la legendaria montaña de Untesberg, escenario de todo tipo de leyendas sobre duendes y hadas, que obsesionó a Hitler y de la que el Dalai Lama pensaba que era “el corazón del charkra del mundo”. Un lugar que, más allá de las anécdotas que la rodean, ofrece uno de los paisajes más rotundos de Los Alpes. También desde Wals-Siezenheim se puede realizar una excursión por alguno de los senderos de esta mítica montaña. Los amantes del cicloturismo tomen nota, porque por aquí cruza el carril bici Tauern, que recorre el Parque Nacional de Hohe Tauern, y el sendero Salzburgo Jakobsweg.
Otro buen acceso a Unterberg es desde Großgmain, al suroeste de Salzburgo. Un lugar apacible, poco transitado y muy rico en historia, pues en la Edad Media se convirtió en los dominios de poder de Baviera. Sus bonitos B&B y hostales con balcones cuajados de flores de colores con vistas a las montañas hacen que este sea una opción interesante para alojarse durante las temporadas de mayor afluencia en la capital. Otra buena opción para adentrarse en la naturaleza es Elsbethen, desde donde se puede visitar la garganta de Glasenbachklamm, en la montaña de Gaisberg, con sus espléndidos pastos alpino.
En el pueblo de Anthering, al norte de Salzburgo, se puede encontrar la moda dietética que arrasa en Hollywood: comer barro, un producto de herbolario de la compañía Sonnenmoor que incluye minerales y hierbas. Pero también probar la comida tradicional austriaca en la granja Raggei Bräu o el pan artesanal de la panadería Bäckerei Schmidhuber.
Mucha tradición también en Bergheim, que baña el río Salzach al norte de los límites de la ciudad de Salzburgo. Aquí es imprescindible la visita a la iglesia de Maria Plain, construida entre 1671 y 1674 sobre una suave colina y en la que el joven Mozart tocaba el órgano para la misa del domingo. Hoy es lugar de celebración de numerosos eventos culturales y religiosos.
La escapada perfecta para desconectar y relajarse es Elixhausen, con el Romantik Hotel Gmachl y su espectacular spa de la azotea con vistas a los Alpes. Solo la panorámica que desde aquí se obtiene renueva cuerpo y mente. Los aficionados al golf pueden practicar en el cercano campo de competición de Eugendorf, de 18 hoyos, y los no aficionados también pueden explorar su vocación por el swing golfista, ya que los sábados a las 12 del mediodía ofrecen clases gratuítas para las que solo es necesario presentarse con ropa cómoda y calzado deportivo. Y si se viaja cerca del 4 de septiembre, merece la pena acercarse al vecino Hallwang, en el que se estará celebrando la fiesta de la vendimia, durante la que se ofrecen apetecibles especialidades regionales, como el cordero asado de producción ecológica.
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