Diez lugares de Algeciras que inspiraron a Paco de Lucía
Cuando se acaba de cumplir el primer aniversario de su adiós y después de que ‘La Búsqueda’, el documental sobre su vida y realizado por su hijo Curro se alzara con un Goya como mejor documental, recorremos la ruta que de la calle San Francisco al verde paisaje del río de la Miel sigue los pasos de este guitarrista único y universal en su ciudad natal.
Quien le iba a decir a aquel chiquillo nacido en Algeciras, Cádiz, en 1947 que las puertas del Teatro Real de Madrid se abrirían para él, que le buscaría el mismísimo Woody Allen para que sus temas aparecieran en sus películas o que innovaría el flamenco como nadie lo había hecho. Aquel chiquillo se llamaba Paco de Lucía y de su mano nos vamos para descubrir los rincones en los que transcurrió la infancia y la vida del que llegó a ser premio Príncipe de Asturias de las Artes y hasta Doctor Honoris Causa por el Berklee College of Music de Boston.
CALLE SAN FRANCISCO
En el número 8 de esta calle del barrio de la Bajadilla, muy cerca de la Fuente Nueva, nació en 1947 y vivió hasta los cinco años de edad Francisco Sánchez Gómez, Paco de Lucía. Una placa en la puerta recuerda la efeméride. Desde aquí, subiendo hasta la plaza de Andalucía y bajando luego por Blas Infante se alcanza el entorno de la calle Munición.
CALLE MUNICIÓN
Esta calle estaba entonces plagada de bares en los que actuaba su padre. El maestro la inmortalizó en el disco Luzia con unas alegrías dedicadas a su madre. En la calle Munición, los señoritos de Algeciras organizaban saraos que se prolongaban días. Un ambiente que a su padre no le gustaba, pero que le permitía cobrar “un duro, el vino y las tapas”; complemento que unía a los ingresos del puesto que Antonio Sánchez regentaba en la plaza. La vieja calle Munición, hoy en día calle Comandante Gómez Ortega, no es ni sombra de lo que fue. Termina en el complejo arqueológico de las murallas medievales de Blas Infante y se encuentra muy cerca del Ayuntamiento, en la paralela calle Alfonso XI, en cuyo salón de plenos Paco recibiría en 1998 el título de Hijo Predilecto de la Ciudad y donde se instalaría en 2014 su capilla ardiente. Tampoco queda lejos el parque María Cristina, un clásico parque andaluz de sombra fresca que fue escenario de algunos de sus conciertos veraniegos en Algeciras.
PLAZA ALTA
Siguiendo la calle Alfonso XI se llega a la plaza Alta, el lugar más emblemático de Algeciras y al que Paco de Lucía le dedica una soleá en el álbum Almoraima. En su infancia era la plaza donde jugaban los chiquillos y paseaban sus mayores, muy cercana a la calle Muro, título también de una minera del disco Siroco (1987). De ella parten las calles más populares de la ciudad y a ella se asoma el santuario de Nuestra Señora de Europa.
MERCADO DE ABASTOS
Siguiendo el paseo hacia el sur, por la calle Radio Algeciras, se baja por la calle Real hacia la otra plaza que vertebraba la vieja Algeciras, la plaza Baja o de Abastos. Era en este mercado que hoy deleita al viandante por la mañana con una exuberancia gastronómica que pone su acento en los productos del mar, ese pescado de la bahía que tanto marcó el paladar del guitarrista, donde el padre de Paco tenía un puesto de telas y quincalla en el que sus hijos pasaban las horas haciendo caligrafía o aprendiendo a hacer las cuentas, mientras que su padre despachaba el género.
EL CHORRUELO
Así se llama es otra de las bulerías más reconocidas de Paco de Lucía, en nombre de la desaparecida playa algecireña que se encontraba enfrente del Reina Cristina, un hotel de lujo –entonces el más caro de España- en el que se alojaban huéspedes ilustres del cine americano, la política inglesa y la nobleza española. Paco de Lucía, que era un chaval se quedaba boquiabierto cuando su hermano Antonio que trabajaba allí, le contaba las historias de ese mundillo tan exótico, tan cercano y a la vez tan distante.
MONUMENTO AL ARTISTA
Continuando la línea de costa hacia la playa de Getares, se llega al monumento que Algeciras levantó en honor al guitarrista universal, obra del escultor Nacho Falgueras. “El hombre que nace junto al mar es más soñador (…) Yo necesito esa expansión que te da el mar”. Paco quería que estuviera cerca del mar, ese mar que tanto le marcó desde la infancia. Su sueño se vio cumplido.
PUNTA DEL FARO
Es otro de los lugares imprescindibles y estando aquí es fácil hacerse la idea de cómo la fuerza del paisaje pudo influir tanto en la obra de Paco de Lucía. La ensenada de Getares, la vieja ballenera después, los arroyos que vierten en la bahía y, por fin, el faro, desde el que se divisan ya las costas del África blanca. Al oeste, el Atlántico frío, peligroso, ruta al Nuevo Mundo. Al este, el cálido Mediterráneo, griego, romano… A eso se refería el guitarrista cuando compuso en 1973 Entre dos aguas, un tema improvisado, que llegó a ser número de uno en ventas en España, que le acercó al gran público y le dio reconocimiento internacional, propiciando que en 1975 el Teatro Real de Madrid abriera las puertas del flamenco y a su guitarra en un concierto que hizo historia. Punta del Faro también es el nombre que unas bulerías que los aficionados consideran uno de sus mejores temas.
CASA BERNARDO
También junto al mar se encuentra este otro rincón imprescindible de la Ruta Paco de Lucía: la Casa Bernardo, título de una rumba y un chiringuito de la playa del Rinconcillo, donde el maestro tenía su casa de playa, se reunía con su familia, incluida su sobrina Malú, y disfrutaba desde la infancia con sus amigos de siempre.
EL RÍO DE LA MIEL
Este río nace en la sierra de la Luna y recorre un frondoso valle de alcornocales, alisos y helechos. Es una reliquia de esa Algeciras originaria, la Isla Verde, Al-Yazirat al-Hadra. A ese paisaje dedicó el maestro otra de las bulerías incluidas en Luzia, maravillado el artista por un paisaje verde, fresco, jalonado de ruinas de molino, restos de calzada, puentes de hechura medieval y grandes pozas y cascadas de agua fresca.
PATIO DE SAN JOSÉ
Premio Príncipe de Asturias de las Artes y dos Grammy Latinos son algunos de los reconocimientos que recibió el artista y autor de 37 discos en los que se puede comprobar cómo su ciudad y sus vivencias le sirvieron de inspiración durante toda su trayectoria. Paco de Lucía descansa ya en el patio de San José del viejo cementerio de Algeciras, donde desde su muerte hace un año nunca faltan las flores de quienes quedaron fascinados por su música en algún lugar del mundo.