De la cuna de James Bond al refugio de Bob Marley en Jamaica
Cerca de James Bond Beach y de Reggae Beach se encuentran, al este, la casa de Ian Fleming donde nació James Bond; y, al oeste, la villa natal de Bob Marley. Visitar ambas es una experiencia singular que se puede vivir sin alejarse mucho de las playas de Ocho Ríos, que ambos consideraban el mejor retrato del paraíso.
Ian Fleming, el novelista británico creador del agente 007, levantó una casa preciosa junto al mar, al este de Ocho Ríos, cerca de Oracabessa, a la que bautizó con el nombre de Goldeneye. Allí nacieron gran parte de las aventuras del más famoso de los agentes secretos, cuyo nombre tomó Fleming del autor de la Guía de campo de las aves de las Indias Occidentales, el ornitólogo James Bond.
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Fleming adoraba Jamaica, en especial su costa norte, las playas de Ocho Ríos. Su vecina Blanche Blackwell le regaló una pequeña embarcación, el bote Octopussy, que ella y Fleming utilizaban para llegar hasta el embarcadero de otro escritor ilustre, también anclado en Jamaica, el dramaturgo Noel Coward. Fleming se inspiró en Blanche Blackwell para dar forma a dos personajes de sus novelas: la aviadora Pussy Galore, que aparece en Goldfinger, y la buscadora de conchas Honeychild Rider, el personaje que interpreta Ursula Andress en 007 contra el Dr. No, la chica que emerge en bikini entre las olas de la playa cantando un calipso. Ahora, la finca Goldeneye se puede visitar. Es parte de un hotel de lujo, que pertenece a una de las empresas del hijo de Blanche Blackwell, Chris Blackwell, propietario también de la discográfica Island Records.
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Chris tenía 25 años cuando se encargó de localizar exteriores en el norte de Jamaica para el rodaje de la que sería la primera película de James Bond. Luego dejó el cine, se instaló en Londres, creó una compañía discográfica especializada en ritmos de Jamaica y con su talento, trabajo y no poca fortuna levantó un imperio. Es cierto que siempre estuvo interesado en comprar Goldeneye, pero no se la compró a Ian Fleming ni a sus herederos, sino a Bob Marley. Así de mágicas son las cosas en este lado del paraíso.
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Bob Marley nació en Nine Miles, al suroeste de Ocho Ríos, un año antes de que Fleming se instalara en Goldeneye. Hoy, Nine Miles es uno de los tres lugares sagrados para los seguidores de Bob Marley. Se tarda una hora y media en llegar desde Ocho Ríos, no por la distancia, sino por los vericuetos que dibuja la carretera, estrecha, empinada y laboriosa.
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En Nine Miles se visita la casa donde nació Nesta Robert Marley, propiedad de su familia y convertida en un museo. Los otros dos templos del culto a Bob Marley están en Kingston: la casa de la calle Hope Road, donde Marley creó el sello Tuff Gong, que hoy aloja otro museo dedicado al artista, y el centro cultural de Trench Town, un barrio tan humilde como portentoso, porque allí nacieron el ska, el rocksteady, el reggae y el dub, y allí crecieron Marley y sus aficiones: la música, la marihuana, la fe rastafari y el fútbol.
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En el museo de Nine Miles se encuentran gran parte de los discos de oro de Marley, las condecoraciones, sus enormes gorras y algunas de sus más queridas camisetas de fútbol. La visita, acompañada por música reggae, descubre desde su lugar de nacimiento hasta el mausoleo donde está enterrado, a seis metros del suelo. Dentro de él –y de todo Nine Miles- es legal fumar marihuana; es una concesión a la memoria y a la vida de uno de los más grandes genios de la música del siglo XX, que no hubiera sido tan famoso ni tan aplaudido sin la colaboración de Chris Blackwell.
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Marley grabó Catch a fire con Island Records y ahí comenzó su leyenda. Unos años después compró Goldeneye. Cuando la enfermedad le llevó a pensar en su herencia, Marley decidió que era mejor que la casa perteneciera a Chris Blackwell antes de que se perdiera en pleitos, que podían surgir –y surgieron- por las reclamaciones de alguna de sus amantes –varias decenas-, sus hijos –más de 22 reconocidos- o su mujer oficial, la única, Rita. Gracias a la decisión de Marley, Goldeneye está hoy viva. Es un hotel y, por tanto, un buen lugar para tomar una taza del mejor café del mundo –el Blue Mountain, de Jamaica-, un buen ron, heredero del que bebieron los piratas en Port Royal, o un martini con vodka. Agitado, por supuesto, sin remover.
GUÍA PRÁCTICA
CÓMO LLEGAR
Varias aerolíneas conectan España con Jamaica, entre ellas British Airways, con escala en Londres. Una opción interesante, por precio, es el vuelo de Condor, desde Munich con Lufthansa. En Jamaica hay tres aeropuertos internacionales: Sangster, en Montego Bay; Ian Fleming, en Ocho Ríos; y Norman Manley, en Kingston. La agencia Soltour (soltour.es) organiza viajes a Jamaica en verano de siete días de estancia en junior suite y régimen de todo incluido por un precio de unos 4.000 € por pareja.
CUÁNDO IR
La mejor época, la temporada alta, coincide con los meses más secos, entre diciembre y abril. Las temperaturas son cálidas y constantes en la costa durante todo el año.
CÓMO MOVERSE
Se puede llegar a Nine Miles desde Ocho Ríos en autobús, con los coloristas y divertidos autobuses de la compañía Zion Bus Line, o en un todoterreno de alquiler, aunque es importante saber que la velocidad máxima está en 80 kilómetros por hora, los baches son abundantes, los conductores jamaicanos utilizan a menudo el claxon y -sobre todo- aquí se conduce por la izquierda. Más recomendable es viajar en una excursión organizada, desde el hotel, fiados por la experiencia de un conductor que sabe moverse por las carreteras de montaña y un guía que conozca bien la historia de Bob Marley.
DÓNDE DORMIR
Desde luego, en Goldeneye Hotel & Resort (goldeneye.com), en Oracabessa, la antigua finca de Ian Fleming. También en Jamaica Inn (jamaicainn.com), un clásico de villas espectaculares en Ocho Ríos, donde pasaron su luna de miel Henry Miller y Marilyn Monroe. Y en el interior, en Port Antonio, con vistas a las Blue Mountain y al Caribe, Mockingbird Hill (hotelmockingbirdhill.com), un distinguido hotelito de solo 10 habitaciones.
DÓNDE COMER
En un lugar tan especial como Tracks & Records (tracksandrecords.com), el restaurante de Usaint Bolt en Kingston. El hombre más rápido de la historia inauguró hace un par de años este sports bar con 45 pantallas de televisión, áreas VIP, zona de restaurante, DJ, actuaciones y tienda que vende recuerdos con el sello de Usain Bolt.