El bosque lluvioso donde se baña Ricky Martin
Te descubrimos uno de los destinos de vacaciones del cantante, El Yunque, un bosque pluvial semitropical de su país natal, Puerto Rico, sembrado de cascadas, orquídeas y senderos para explorar.
El Yunque tiene un poquito que ver con España, y eso es porque fue el mismo rey Alfonso XII el encargado de inaugurarlo en 1876, solo cuatro años después de la creación del primero de los parques nacionales de Estados Unidos, el de Yellowstone, el bosque del oso Yogui. Ahora es Ricky Martin, nacionalizado español, el que disfruta de este bosque localizado en la sierra de Luquillo, al este de Puerto Rico, que es uno de los lugares más lluviosos del mundo, y donde se ha fotografiado bañándose en una de sus cascadas.
A solo media hora de la capital, San Juan, está Río Grande, la localidad más cercana al parque nacional. Desde ella se accede al Centro de Visitantes El Portal, punto de partida obligado para recabar información sobre los distintos recorridos que se pueden hacer por el bosque.
La gran riqueza de este espacio natural reside en su densa vegetación, que alberga hasta 240 especies distintas de árboles –entre los que resultan curiosos los árboles enanos que cubren sus picos-, 150 especies de helechos y más de 20 tipos de orquídeas diferentes, además de un gran número de clases de hongos, aunque más que un bosque son cuatro distintos, cada uno de ellos determinado por su altitud. Dominando sus 113,32 km², El Toro, un pico que se eleva a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar y que, aunque no es el más alto del archipiélago puertorriqueño, es visible desde muchos kilómetros a la redonda.
El Yunque es un parque natural para descubrir caminando, porque las bicicletas y los caballos no están permitidos. A lo largo de sus 39 kilómetros de senderos recreativos van surgiendo en el sendero riscos, ríos y cascadas en las que detenerse y, si apetece, hasta darse un chapuzón, como La Mina o La Coca. Aunque también se impone llegar hasta la Torre Yokahu y el Monte Britton, dos monolitos de piedra que son buenos puntos de observación para admirar la costa noreste de Puerto Rico, el océano Atlántico y una porción de la cordillera central, y hasta, en días claros las islas de Culebra, Vieques, Saint Thomas y Tortola, en el mar Caribe.