Budapest, la ciudad de las dos orillas, en 10 instantáneas
A los pies de la colina donde se alza el castillo y la vieja ciudad medieval de Buda se extiende otra ciudad, Pest, el ensanche de la gran urbe que surgió cuando se convirtió en la segunda capital de un gran imperio. Una y otra forman hoy un conjunto inseparable que rebosa vitalidad.
De las vistas del monte Gellért al edificio más grandioso de la ciudad reflejándose en las aguas del Danubio, el Parlamento. De un paseo por Váci utca, la arteria urbana más vital, a las más distinguidas de San István körút y Andrássy, con sus avenidas y mansiones señoriales rebosantes de arte. De sus barrios obreros a sus centros termales; de la plaza de los Héroes o la basílica de San Esteban, del parque Memento a la frondosa isla Margarita o de los patios abandonados reconvertidos en lugares de encuentro donde tomar unas copas a las tiendas de diseño o los cafés con terraza. Aquí tienes un retrato resumido de la capital húngara que invita a ser explorada de mil maneras: a pie, en tranvía, en bici o incluso desde el agua, navegando por el Danubio, su nexo de unión.
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La mejor panorámica de la capital húngara se observa desde el Danubio, que secciona Buda y Pest, con el famoso Puente de las Cadenas en primer término y, más allá, el Four Seasons Budapest y la Basílica de San Esteban.
Con vistas al castillo de Buda, el A38 es uno de los sitios imprescindibles para el ocio, un barco atracado en la orilla del Danubio que ha sido reconvertido en un pub donde, además, se celebran conciertos en directo.
Este bastión que forma parte del Patrimonio de la Humanidad se levanta en una colina y fue la residencia de los reyes húngaros en Budapest. El Palacio Real alberga numerosos museos, como el de Historia o la Galería Nacional Húngara, una de las mejores pinacotecas del país.
Entrar en este café enclavado en el hotel Boscolo es como dar un salto al pasado, donde el boato, la opulencia y el arte refinado envuelven completamente a sus clientes. Cuanto más tiempo se pasa en sus salones más se siente uno atrapado por el encanto de la belle époque.
Estos jardines, patios o espacios al aire libre se han vuelto muy populares para disfrutar del buen tiempo en los meses más cálidos, una alternativa a los locales cerrados a orillas del Danubio donde se puede cenar o tomar una copa.
El Palacio de las Artes (MUPA) es el último proyecto arquitectónico y cultural de renombre de Budapest. Además de una modernísima y gran sala de conciertos con capacidad para 1.700 personas es el nuevo hogar del museo de Ludwig y del Teatro de Danza Nacional.
Reflejando sus agujas sobre el Danubio, el Parlamento es el edificio más monumental de Budapest y también de Hungría, cuya joya es la sala Árpád.
Budapest es la capital mundial de los baños termales. Una hora en las instalaciones de estilo Secesión del Géllert, entre columnas de mármol y bajo una cúpula de cristal, o en los baños Rudas repondrá cualquier cansancio después de un ajetreado paseo por la ciudad.
La antigua casa del gran fotógrafo húngaro Mai Manó y su estudio albergan hoy un museo dedicado a la fotografía en pleno barrio de los teatros. Se construyó en el siglo XIX y posee magnífica escalera con barandilla de hierro forjado, frescos, estucos, vidrieras y techos acristalados.
En Budapest conviven los comercios más tradicionales con las boutiques más cool. Una de las calles de compras más especiales de Budapest es Váci Utca, que, además de ofrecer una gran variedad de boutiques ideales para los fashion victims, es un lugar muy animado para pasear y tomar algo en sus cafés.