Trece joyas maravillosas de Europa en imágenes

El Coliseo, la Plaza Roja, la Torre Eiffel, el Partenón, la Praga histórica, los Canales de Venecia… Hacemos un recorrido fotográfico por algunos de los símbolos más reconocibles del viejo continente.

by hola.com
CASTILLO DE NEUSCHWANSTEIN
El más excéntrico de los castillos construidos en Alemania por Luis II de Baviera, “el rey loco”, se levanta como una fantasía medieval ideada por el propio monarca, quien siguió a pie de obra el proyecto y plasmó en él su visión romántica y lunática del mundo, amén de su amor por las óperas de Wagner, que inspiran en gran medida su decoración onírica.
 
LA ALHAMBRA
Ciudadela, fortaleza y residencia de los sultanes nazaríes, la Alhambra luce como el legado más sublime de la cultura de Al Andalus. Cierto que, con varios millones de visitantes al año, no siempre es fácil degustarla con el sosiego con que lo hicieran antaño sus dueños y señores, pero su refinamiento y su sensualidad siguen deslumbrando igual de inspiradores.
 
OXFORD Y CAMBRIDGE
Las Universidades de estas dos coquetísimas ciudades al Norte de Londres, ambas fundadas en la Edad Media, han llegado a nuestros días como un símbolo de la tradición y la excelencia, el prestigio y la cultura de Gran Bretaña y, por extensión, de la vieja Europa. La vida estudiantil sigue presidiendo el día a día de ambas, en cuyos colleges se han formado grandes personajes de todos los tiempos.
 
EL COLISEO Y LA ROMA CLÁSICA
Su nombre verdadero es el anfiteatro Flavio, pero todos le conocen como el Coliseo, la obra más representativa de la Roma clásica e icono indiscutible de esta ciudad vibrante y descarada que se adorna en cada una de sus esquinas de la grandeza del Imperio vastísimo desde el que contagió su cultura a Occidente.
 
CIUDAD AMURALLADA DE DUBROVNIK
La antigua Ragusa romana es hoy una ciudad del todo imprescindible de la costa mediterránea. Dentro de sus poderosas murallas se palpa el poso de una historia de más de mil años que la ha adornado con palacios, cúpulas, conventos y callejas con mucho sabor que, tras una minuciosa restauración, vuelven a lucir en todo su esplendor.
 
FIORDOS NORUEGOS
Los fiordos, esos tajos desmedidos que recortan la costa noruega y se adentran en tierra firme entre precipicios de vértigo ponen al alcance del viajero un paisaje adornado de superlativos: naturaleza en mayúsculas jalonada de glaciares, parques nacionales y plácidos pueblitos adornados de iglesias de madera a tiro de piedra de la encantadora ciudad de Bergen.
 
GLACIAR ALETSCH
En 2002, el mismo año que Naciones Unidas había designado como el Año Internacional de las Montañas, se declaraba como Patrimonio de la Humanidad esta espectacular lengua de hielo de 23 kilómetros que se abre camino entre las cumbres de los Alpes suizos y que puede presumir de ser el glaciar más largo y extenso de Europa.
 
PARTENÓN Y ACRÓPOLIS
Durante el llamado Siglo de Oro de Pericles, el V a.C. se convirtió en la cuna de la civilización occidental. El teatro, la filosofía o la democracia dieron sus primeros pasos junto a la roca sagrada de la Acrópolis, el símbolo de Atenas y de toda una cultura que, desde las alturas de sus templos, observa la ciudad entera vibrar a sus pies.
 
MONASTERIO DE LOS JERÓNIMOS
Obra cumbre del estilo manuelino, el monasterio situado en el marinero barrio de Belém fue erigido con los beneficios del comercio de especias que le granjearon a Portugal los descubrimientos que sus navegantes hicieron de otros mundos, y como recompensa, estos se asoman a su excepcional ornamentación arquitectónica, que hace ineludible la visita en toda escapada a Lisboa.
 
LA PLAZA ROJA Y EL KREMLIN DE MOSCÚ
El corazón y el cerebro de Moscú y, por qué no, de toda Rusia queda alojado en la enormidad de su famosa plaza Roja, el antiguo mercado de la ciudad, a cuyos lados se distinguen las cúpulas de la bellísima catedral de San Basilio o la muralla de la ciudadela del Kremlin, testigo de excepción de la historia del país.
 
LA TORRE EIFFEL Y EL VIEJO PARÍS
A la capital más visitada del planeta le sobran razones para encandilar: los mejores restaurantes, las tiendas más coquetas o rompedoras, su vivísimo ambiente mulitétnico y una oferta cultural inabarcable, pero, sobre todo, un descomunal centro histórico deliciosamente conservado y cuajado de rincones románticos que, barrio a barrio, ha cimentado la convicción generalizada de que uno no puede irse de ese mundo sin haberla callejeado antes a conciencia.
 
PRAGA HISTÓRICA
La capital checa atesora el mayor conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: nada menos que 900 hectáreas de callejuelas y plazas con solera, iglesias, palacios, jardines, museos y cúpulas repartidos por los cinco barrios imprescindibles, que atrapan al viajero ávido de contagiarse de su encanto, su ambiente y su nutridísima vida cultural.
 
CANALES DE VENECIA
Venecia es una ciudad de grandilocuencia teatral, un decorado fascinante de palacios, museos y piazzas a ras del agua que parecen no tener fin. En este escenario es fácil sorprenderse con la Venecia monumental, animada y dinámica, que se extiende en torno al Gran Canal y a la plaza de San Marcos; pero, sobre todo, con la Venecia íntima y escondida de sus pequeñas callejuelas, sus campos, iglesias y puentes por donde pasa la vida de un lugar de soberana belleza que flota oníricamente sobre las brumas de sus pequeños canales.