Patios con olor a azahar
Geranios y jazmines, un pozo de agua fresca, arriates donde germina el limonero y macetas entre las paredes encaladas estallando en flores de mil colores. Son los patios de Córdoba, la quintaesencia de la estética andaluza. Nos vamos de ruta por ellos, ya que en mayo abren sus puertas de par en par.
Los patios de Córdoba son el resumen de un modo de vivir. Aunque están abiertos todo el año, es en mayo cuando viven su mejor momento. Buena parte de ellos ubicados en casas particulares que permiten la visita, y otros son de carácter público, palacios y casonas señoriales convertidas en museos u organismos oficiales, cuidados con mimo, atención y dedicación permanente. Los patios más famosos de esta ciudad silenciosa y pensadora –como así lo dictaron Séneca y Lucano en tiempos de Roma y lo reafirmaron Averroes y Maimónides siglos después- se encuentran en los barrios populares, como el de San Basilio, intramuros y próximo al Alcázar de los Reyes Cristianos y a las Caballerizas Reales, cuidados por sus dueños que heredaron de sus antepasados el arte de la jardinería, la costumbre de encalar los muros de mampostería en primavera y el modo de cuidar los pozos y los arriates. Así de espectaculares lucen estos días.