Suiza es así de natural, sin aditivos

El país helvético es tan puro que tiene lo que se ve. Sin trampa ni cartón. Agua, infinidad de paisajes donde disfrutar de la tranquilidad, sabores y un rico patrimonio histórico y cultural. Un montón de alicientes para unas vacaciones en cualquier época del año. Empieza a hacer planes...

by hola.com
¿Sabías que hay 99 maneras de ondear una bandera en Suiza? 
Los viñedos en terraza de Lavaux son Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. 
Soglio se precipita al vacío entrando en contacto directo con la naturaleza. 
El Monte Cervino se alza majestuoso para alcanzar el techo de Europa. Es con ello todo un símbolo nacional. 
Las líneas férreas de Albula-Bernina entre Thusis y Tirano a través de Saint-Moritz son también núcleo del Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Unesco. 
Escuchar el silencio es posible a orillas del lago de Bienne. 
Contraste de colores en un paisaje veraniego en Brissago, al borde del lago Maggiore, en la región del Tesino. 
El Zaeuerlen es un canto improvisado (jodeln) que se practica en la región de Appenzell. 
Las vacas de la raza herens luchan en la región del Valais por instinto para convertirse, solo una de ellas, en la reina de toda la manada. 
Brünigschwinget es el prestigioso festival de lucha libre suiza que se celebra en la zona de la Suiza central. 
El barco de vapor más antiguo que recorre el lago de Lucerna fue construido en 1901. 
La naturaleza envuelve paisajes de ensueño. En la región de los Grisones, las montañas vírgenes protegen el recorrido de sus visitantes. 
Los perros San Bernardo son un símbolo muy particular de Suiza. Son héroes de cuatro patas que salvan vidas de montañistas perdidos que se crían en el puerto de montaña alpino de Gran San Bernardo. 
El sonido del cuerno alpino emociona profundamente a quién lo escucha. Es el instrumento musical suizo por excelencia. 
El desalpe se produce en la región de Friburgo a finales de septiembre. Celebra el descenso de las vacas de las cimas de los Alpes, donde pastan durante los meses de buen clima. 
Entrar en contacto con la naturaleza en Suiza es fácil y recomendable: se vive en primera persona. 
Zürich está en el centro de Europa. Un ambiente multicultural y un gran abanico de ocio son la cara visible de una ciudad siempre atractiva.