La última parada de los Reyes Magos en el camino a Belén

El agua del río Jordán, una aventura en el desierto de Wadi Rum, un momento de bienestar en el Mar Muerto, la historia y la cultura de algunos lugares inigualables como Petra o Jerash, el Monte Nebo. Emprendemos un viaje fotográfico por Jordania.

by hola.com

Desde Oriente y cargados de oro, incienso y mirra, Melchor, Gaspar y Baltasar pasaron por numerosos lugares hasta llegar a adorar al Niño Jesús y, aunque los evangelios dan pocas pistas sobre el asunto, sí parece claro que su última escala fue Jordania. Seguimos la estela de los sabios magos por este destino de parajes inigualables, ciudades cargadas de historia y numerosas referencias en los textos bíblicos. Desde Betania de Transjordania, donde Jesús fue bautizado por Juan Bautista en el río Jordán; Mukawi, con los restos del palacio del rey Herodes; la iglesia de la Virgen de la Montaña de Anjara, una cueva reconstruida que se venera como el lugar donde Jesús y su madre María hacían escala en sus viajes entre el mar de Galilea, las ciudades de la Decápolis, Betania de Transjordania y Jerusalén; hasta el Monte Nebo, donde Moisés divió la Tierra Prometida de Canaán, recorremos los enclaves religiosos del país y otros muchos con una magia inigualable.

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En el desierto de Wadi Rum tuvieron lugar las aventuras de Lawrence de Arabia. Un remanso de tranquilidad sin límites donde es posible vivir una experiencia inolvidable integrándose en el estilo de vida semi nómada de los beduinos / © Turismo de Jordania.

 

El Monte Nebo, uno de los principales hitos religiosos de Jordania, es el lugar en el que Moisés divisó la tierra prometida de Canaán. En el exterior del santuario se contempla el monumento de la serpiente enroscada en la cruz, que simboliza la serpiente de bronce que llevó Moisés por el desierto y la cruz en la que Jesús fue crucificado / © Turismo de Jordania.

 

Petra es una de las nuevas 7 Maravillas del mundo. Excavada por completo en las rocas, los nabateos la convirtieron en un importante enclave de paso que unía las rutas de la seda y las especias. A primera hora de la mañana recorrer en carruaje este impresionante desfiladero o a, ya de noche, asistir a un concierto de velas ante la mismísima fachada de El Tesoro es toda una delicia / © Turismo de Jordania.

 
En Betania de Transjordania, en la orilla este del río Jordán, Jesús fue bautizado por Juan el Bautista. Las excavaciones arqueológicas en la zona han logrado identificar la cueva en la que vivió el Bautista, hoy convertida en iglesia, y donde hoy todavía se puede ver un pequeño canal de agua / © Turismo de Jordania. 
Apenas a una hora y media de esa alucinación esculpida en la roca que son las ruinas de Petra, el desierto de Wadi Rum derrocha nuevos paisajes medio irreales entre sus desfiladeros y arenas del color del óxido, sobre los que es posible elevarse en globo en uno de esos amaneceres imposibles de olvidar / © Turismo de Jordania. 

Pocas sensaciones resultan tan asombrosas como adentrarse en el Mar Muerto y flotar irremediablemente como un corcho. A 400 metros bajo el nivel del mar, tiene una concentración de sal diez veces más alta que el océano, de ahí que sea imposible hundirse en él. La combinación de los baños y su atmósfera, tremendamente oxigenada, es un cóctel de lujo para la piel / © David Prieto.

 

La ciudad de Pella es el lugar al que escaparon los primeros cristianos perseguidos de Jerusalén, y cerca de él se han encontrado evidencias de algunos de los campamentos y poblados semi-permanentes más antiguos del mundo, que datan de hace 10.000 a 18.000 años atrás. Además de restos de un asentamiento calcolítico del año 4000 a.C., también se contemplan vestigios de las ciudades amuralladas de las Edades del Bronce y del Hierro, iglesias bizantinas, barrios residenciales islámicos y una pequeña mezquita medieval / © Turismo de Jordania.

 

Amán, y sus alrededores se mencionan en la Biblia como Ammon o el reino amonita, que era famoso por sus aguas termales y por la Ciudadela. Fue en este lugar donde sucedió la historia David y Goliat / © Turismo de Jordania.

 

La antigua ciudad grecorromana de Jerash es el enclave arqueológico más relevante del país, después de Petra, y en ella se pueden admirar calles pavimentadas y columnatas, parques y plazas, baños, ninfeos, templos, teatros y hasta quince iglesias bizantinas. Es el mejor ejemplo de dos culturas que han convivido a lo largo de los siglos: la grecorromana del Mediterráneo y el mundo árabe / © Turismo de Jordania.

 

Amán, la capital de Jordania, resulta una urbe fascinante y llena de contrastes, ya que sabe integrar los detalles más tradicionales con el cosmopolitismo actual / © Turismo de Jordania.

 

El principal atractivo de la ciudad de Mukawir es el castillo de Maqueronte, que perteneció a Herodes el Grande. Aparte de las ruinas que alberga, la zona destaca por tener unas impresionantes vistas de los montes de alrededor y del Mar Muerto. Históricamente, el lugar también tiene su importancia, ya que se cree que fue el sitio donde Juan Bautista fue decapitado por Herodes Antipas, al denunciar su boda con su cuñada, Herodías, algo que según la ley judía estaba prohibido / © Turismo de Jordania