Un homenaje al Golden Gate
Sobre las profundas aguas de la bahía de San Francisco se eleva majestuosamente este emblemático puente cuyo elegante perfil marca el skyline de la ciudad.
Pocas estructuras modernas han inspirado tantos guiones cinematográficos como esta sinfonía de acero y color anaranjado que cruza la bahía de San Francisco. Ni tanta literatura. De día, de noche y, como casi siempre, con niebla, esta proeza de la ingeniería que une esta gran ciudad con el condado de Mari en California, es también el más retratado. Ha celebrado su cumpleaños y lo ha hecho a lo grande, como lo es él: un puente levadizo que supera los 2700 metros, con dos enormes torres que se elevan 227 metros sobre el nivel del mar y que ve como cada día circulan por él 120.000 vehículos, o lo que es lo mismo, 40 millones al año. Es momento de poner los ojos en este gigante y poético puente, obra del ingeniero Josep Strauss, que ha sido testigo de escenas de vértigo, entrevistas con vampiros, hazañas de superhéroes e incluso atacado por alienígenas. Por algo es uno de los puentes más bellos y reconocibles del mundo.