En el Pirineo de Huesca
El Privilegio de Tena
Es pequeño, con mucho encanto y, sobre todo, muy tranquilo. Tal vez tenga que ver en ello que, este hotelito del Pirineo oscense fue levantado, en el siglo XV, como abadía. Ocupa una casona solariega que sigue los cánones arquitectónicos de los pueblos de montaña del valle de Tena. Si te lo puedes permitir, entre sus 25 habitaciones elige la suite del ático, 100 m2 donde pasar las horas mirando el escenario natural del entorno. No falta el spa y un más que recomendable área de restauración dividida en tres espacios.
Piérdete en Baqueira
La Pleta
Moderno en su diseño, aunque con detalles rústicos, y de prestaciones e instalaciones a la última. Y eso no es todo porque lo mejor es que este hotel de aires alpinos se encuentra a sólo 400 metros del telesilla, en la cota 1.700 de la carretera de Baqueira a Beret. Para el relax tienes el Occitania Spa, para el despertar de los sentidos el íntimo Del Gel al Foc, especializado en cocina creativa catalana e internacional, y para pasar las frías tardes de invierno, una coqueta terraza donde disfrutar de un vino caliente o un aperitivo antes de la cena.
En el valle de Camprodón
Grévol
Es uno de esos chalets de montaña que se encuentra en medio de todo y es que, ubicado como está en el valle de Camprodón, todo queda a un paso: el valle de Núria, la estación Vallter 2000, el románico del Ripollès, el pintoresco pueblo de Beget, Ripoll... En este entorno, puedes disfrutar no sólo del esquí, también de un amplio abanico de actividades de nieve y montaña. Pero cuando estas se acaban, descansar en un refugio con tanto encanto como este hotelito es todo un placer. Desde sus habitaciones de exquisita decoración al bar, el jardín, el spa o la piscina interior, todo contribuye a ello.
Esquía en Sierra Nevada
La Almunia del Valle
Mires donde mires, tanto hacia dentro de este antiguo cortijo, como hacia fuera, con el impresionante paisaje del Parque Natural de Sierra Nevada ante tus ojos, este hotel boutique a sólo ocho kilómetros de Granada, parece ideado para los sentidos. Está inmerso en una inmensa finca con cultivos y praderas de la que podrás disfrutar casi en petit comité, porque sólo cuenta con diez habitaciones de ambiente cálido y mobiliario de diseño actual. Con los productos de la huerta se elabora una sabrosa cocina de mercado.
Un fin de semana en Alto Campoo
Casona de Naveda de Campoo
Cuando uno llega a esta casona-palacio del siglo XVII después de un día de esquí en la estación cántabra de Alto Campoo ya puede descansar tranquilo. Primero, por la gran finca en la que se emplaza, en pleno valle de Campoo; por la vista desde sus habitaciones, algunas con altillo y superficies de 30 a 40 m2, pero, en gran medida, porque su propietaria, Paloma López ha dado a la casa una nueva vida basada en tres ‘ces’: calma, calidez y calidad. La vivienda ha sido rehabilitada con esmero, y eso se nota. Como se nota que su cocina tradicional se elabora con los mejores productos de temporada.
Por la sierra de Madrid
Hacienda Los Robles
Para esquiadores y también para los que se animen a explorar la sierra de Guadarrama. En el pueblo de Navacerrada y en el camino hacia la estación de esquí del mismo nombre, este hotel rural de ambiente rústico es una excelente opción para viajar en familia. En sus más de 7.000 m2 en pleno casco urbano no falta pista de tenis, parque infantil y un amplio jardín. Y, en el interior, una treintena de habitaciones, restaurante de cocina tradicional, cafetería-tetería, pub al más puro estilo inglés y varios salones de estar. No te olvides de preguntar en recepción por su amplio abanico de propuestas de ocio para el tiempo libre.