La espectacular caída de la libra y su casi paridad con el euro ha convertido a la capital del Támesis en uno de los destinos más demandados por los turistas. Los adictos a las compras, si quieren, ya no tendrán que ir a Nueva York para hacerse con las últimas tendencias en moda, música o tecnología informática a buenos precios, Londres, más cerca de casa, y uno de los destinos tradicionales cuando llegan las rebajas es el paraíso del ‘shoping’.
¿Qué le parecería combinar viaje y 'shopping'? Sin duda, el mejor destino para ello es Londres. La capital inglesa es uno de los lugares más atractivos, por no decir el que más, para ir de compras. Además, es la ciudad idónea para los amantes de la cultura, el arte y la cocina. Ofrece numerosas opciones para el turista con los gustos más variados y exquisitos.
El río Támesis cruza la ciudad y el viajero puede gozar de las diferentes actividades que tienen lugar en la ribera. Londres ha atraído durante muchos años a gentes de todos los rincones del planeta y el comienzo del nuevo milenio no ha hecho sino afianzarla como una de las mejores capitales de Europa y del mundo. Además, moverse por Londres es muy fácil. Metros, trenes y autobuses recorren toda la ciudad y, si quiere relajarse disfrutando de buenas vistas, podrá tomar alguno de los muchos barquitos turísticos que recorren el Río. Hablar de Londres supone hablar de cosmopolitismo. En ella conviven un sinfín de culturas y habitantes de nacionalidades y razas diferentes.
Un paseo por la ciudad
La forma más cómoda de llegar a Londres es en avión. Una vez allí hay muchos lugares que podrá visitar. Los amantes de la cultura pueden elegir entre los numerosos museos de la ciudad. No debe perderse el museo Británico. Evidentemente visitar todas sus salas llevaría más tiempo del que tendrá pensado quedarse en la capital. Merece especial atención las salas con las piezas del arte griego. Traídas desde la Acrópolis de Atenas, encontrará esculturas humanas, las famosas Caríatides del templo Erecteion o los mismísimos frisos que recorrían las paredes del famoso templo dedicado a Atenea, el Partenón. El Museo recoge también piezas de los artes romano, africano, hindú, mesopotámico y un largo etcétera. Sin duda, un paraíso para aquellos que disfruten del arte.
Podrá proseguir su visita caminando por las calles de Londres. Las famosas cabinas y autobuses rojos, las luces de Picadilly o la plaza de Trafalgar son algunas de las señas de identidad de la ciudad. No deje de visitar London Eye, la noria más grande del mundo a las orillas del Támesis. Sus 32 cabinas acogen hasta 25 personas en cada una y desde arriba podrá obtener las mejores panorámicas de Londres. Una vez haya bajado del cielo podrá cruzar el río por el famoso puente Tower Bridge, que se abre y se cierra para dejar pasar a los veleros que navegan por el Támesis.
Antes de continuar su recorrido, no debe dejar de admirar, aunque sea solo por fuera, el palacio de Buckingham, residencia de la Reina y el edificio más valorado de la ciudad. En su interior se conservan cuadros, muebles y artículos de siglos de antigüedad que son verdaderas obras de arte. Es tradicional acudir al conocido cambio de guardia de mediodía.
Un poco de historia
El que viaja a Londres debe conocer un poco de su historia a medida que va recorriendo la ciudad. Un buen lugar para ello es la abadía de Westminster. Es el lugar donde han sido coronados la mayoría de los reyes ingleses. Bajos sus piedras yacen los restos de numerosos artistas y políticos que han jugado un papel importante en la Historia del país. Los monumentos que atraen a más turistas son los dedicados a la reina Isabel I - la última de la dinastía Tudor- y la de Sir Isaac Newton. Aquellos que sucumbieron ante la novela El código Da Vinci de Dan Brown, saben que allí es donde tiene lugar una de las más importantes partes de la historia. Una vez en la zona de Westminster no puede dejar de contemplar el más famoso reloj del mundo, el Big Ben. Es la torre de reloj del Parlamento inglés, donde se encuentran las dos cámaras que componen el Gobierno de Inglaterra. Ocupa el lugar en el que estaba el antiguo palacio de Westminster que quedó destruido tras un incendio en 1834. Las cuatro caras de la torre tienen un reloj que están a 55 metros del suelo. Se dice que su mecanismo es casi perfecto, lo que ha hecho que se convierta en uno de los relojes más fiables del mundo.
Llega el momento de visitar el que durante muchos siglos de la Historia fue el lugar más temido por todos los ingleses: la Torre de Londres. Es un complejo de edicfios al borde del río rodeados por una muralla y que ha sido utilizado como palacio del Rey, como armería, prisiones, almacén de tesoros e incluso como observatorio. Los famosos Guardias de Yeomen, más conocidos como Beefeaters se encargaban de su seguridad y hoy en día hacen de guías turísticos. Si hay algún lugar en Inglaterra y en todo el Reino Unido por donde circulen más leyendas esta es la Torre de Londres. La tradición cuenta que hay siete cuervos que se encargan de la protección de la fortaleza. El día que la abandonen, Inglaterra estará en peligro de ser invadida. Hoy en día, los cuervos son otra de las atracciones del lugar. Se les da de comer y se les ha cortado las alas, por si acaso. El rey tudor Enrique VIII hizo un gran uso de la torre y mandó ejecutar nada más que a dos de sus mujeres, Ana Bolena y Catalina Howard.
¡Vamos de compras!
Como se ha dicho anteriormente, el gran atractivo de Londres son sus tiendas. Es la capital idónea para ir de compras y en ella encontrará una gran variedad de establecimientos para todos los gustos y bolsillos. Además, las rebajas de invierno -que acaban de comenzar- son la ocasión ideal para encontrar ‘gangas’. Un requisito: no ser alérgico a las aglomeraciones. Elija unos zapatos cómodos y ¡a andar! Los turistas adictos a la moda sabrán que Gran Bretaña es el lugar ideal para comprar ropa. Podrán encontrar tiendas donde le harán las prendas a medida, en Savile Row y Jermyn Street por poner algún ejemplo. Los barrios de Chelsea, Carnaby o el Soho albergan las tiendas de moda más modernas a unos precios muy asequibles. No faltan en la ciudad las marcas más internacionales del tipo H&M, Next o Karen Miller.
Otra opción es visitar los grandes almacenes. Son capaces de recrear un mundo paralelo en el interior de un edificio. Y el lugar más famoso es, sin duda, Harrod´s. Para poder ver lo que el imperio de Mohamed AlFayed ofrece no hay tiempo suficiente en un día. ¿Qué se puede comprar? De todo.
Como última alternativa le proponemos una forma diferente de ir de compras pero que le permitirá empaparse del verdadero ambiente de los habitantes de la ciudad y mezclarse con ellos. Son los mercadillos. Hay muchos y suelen abrir varios días a la semana. Los lugares perfectos para comprar objetos para la casa y antigüedades a muy buen precio. Uno de los más bonitos: el mecadillo de Covent Garden. Es un lugar idílico, de cuento, donde el turista puede pasear, tomar algo en sus cafés, restaurantes y enotecas. Allí se reúnen muchos grupos de amigos al final de la jornada.
Una excursión por las afueras
Si es su segundo viaje a la ciudad o ha decidido prolongar unos días más su estancia, le aconsejamos que haga una excursión por los condados cercanos a Londres. Los palacios y castillos de las afueras suelen ser los lugares más visitados. El castillo de Windsor o el palacio de Blenheim son algunos ejemplos. El primero, Windsor, está al oeste de Londres, en el condado de Berkshire y es el lugar donde la Familia Real inglesa celebra los actos más importantes. Allí tuvo lugar el banquete de la boda del príncipe Carlos con su actual mujer, la duquesa de Cornualles. Blenheim, por su parte, está en el condado de Oxfordshire y su fachada realizada en el más puro estilo del barroco inglés, es una maravilla arquitectónica. En 1987 fue nombrado Patrimonio de Humanidad por la Unesco.
Otro de los lugares que no debe perderse es Stonehenge, el monumento neolítico de la Edad de Bronce único en el mundo. Está formado por monolitos que forman círculos concéntricos y que están fechados alrededor del año 3000 antes de Cristo. Se encuentra muy cerca de Salisbury y Bath. Si el hambre aprieta, le recomendamos que haga un alto en el camino, tome algo en Salisbury y visite su famosa catedral. Para completar el día, Bath. Reviva las historias de amor de la famosa escritora inglesa Jane Austen y recorra las famosas termas romanas. Antes de regresar a Londres, tome un pequeño tentempié en el salón de té que está junto a las termas.