A media que crece la familia, los padres se dedican a multiplicar el amor y el cuidado hacia cada uno de sus hijos, pero desde la perspectiva de cada niño la llegada de un nuevo bebé suele representar un cambio difícil aceptar y es entonces cuando pueden comenzar a surgir los celos.
Si eres madre de dos o más niños seguro has experimentado situaciones en la que alguno de ellos tiene conductas asociadas a los celos: el mayor quiere los juguetes del bebé o vuelve a ensuciar la ropa interior pese a que ha dejado el pañal; expresan frases como: ‘ya no me quieres’, ‘papá prefiere jugar con mi hermanito’, aunado a las constantes peleas. Y quizás llega un momento en que no sabes qué hacer, te sientes frustrada y te preguntas ¿cómo manejar esta circunstancia tan común en la maternidad?
Te tenemos buenas noticias: sí es posible superar las diferencias ocasionadas por los celos. Los expertos coinciden en que la clave está en la paciencia, el amor y el respeto. ¿Quiere saber más? Aquí te damos algunos tips para manejarlo.
Conoce las emociones
Piensa que los celos son normales y deja de sentir culpa si alguno de tus hijos experimenta sentimientos asociados a este estado afectivo originado por el miedo a perder o ver disminuido tu amor y atención.
El primer paso para abordar los celos de forma sana es aceptar que uno –o varios– de tus hijos sienten esta emoción propia de la naturaleza humana.
No se puede decidir cuándo dejar de sentir celos y para los niños es difícil entender y expresar en palabras lo que sienten, es allí donde entra en juego el rol de los padres. Respirar, reflexionar, utilizar el sentido común y el respeto, son claves para abordar esta emoción entre hermanos.
Presta atención a las señales
Todos los niños sienten celos en algún momento y los expresan mediante cambios de comportamiento y acciones que deben ser detectadas a tiempo para ser abordadas con comprensión y amor.
¿Cuáles son las señales? Llanto, aislamiento, rabietas o agresividad. También pueden exteriorizar algunas frases negativas hacia sus hermanos, mamá o papá, intentar desprestigiar o destacar sus méritos individuales. También pueden somatizar su angustia y molestia mediante síntomas físicos como dolor de cabeza, fiebre, mareos, malestar e insomnio.
Apoyo familiar
Cuando los celos aparecen, es fundamental el apoyo y la unión familiar. La actuación de los padres es necesaria para hacer sentir mejor al hermano que los experimenta.
Preservar la sana convivencia familiar es importante y para hacerlo se pueden tomar medidas como incrementar el vínculo entre padres y los hijos mayores con actividades divertidas o paseos, mientras mamá atiende al nuevo bebé.
La idea es prestar atención individual a cada hijo y como mamá también deberás buscar la forma de hacerlo a diario, aunque sea durante 10 minutos dedicados a jugar, leer o conversar, según la edad de los niños mayores.
Una opción en este sentido es dar a cada pequeño un espacio propio dentro de casa, la idea es que sientan que tienen un rincón individual dentro del hogar.
Promover el respeto y buen trato
Un niño celoso puede exteriorizar un comportamiento agresivo hacia sus hermanos o padres, si esto ocurre es importante establecer límites con respeto.
Es un error frenar la violencia con gritos, castigos o golpes, porque solo se fomentará la inseguridad, baja autoestima y tristeza. Lo ideal es parar el conflicto, escuchar las causas, intentar entender y guiar de forma positiva. Pero en ningún caso se debe permitir que se vuelva algo recurrente. También debes evitar comparar a tus hijos y exponer sus fallas ante terceras personas.
Atender las necesidades de los niños, según la edad, es clave para lograr que estén emocionalmente satisfechos. La compañía, el amor, el respeto, la compresión y la paciencia, deben estar presentes a cualquier edad.