Imagina tus mejillas en un tono rosa o durazno luminoso que aparente que estuviste todo el día en la playa en un día de verano, con una complexión radiante que dure todo el día. Este resultado se puede lograr con la técnica favorita de los makeup artists e influencers de belleza, que consiste en hacer blush layering, lo que significa aplicar varias capas de blush. Los makeup artists de celebridades como Hailey Bieber, Kim Kardashian y Kylie Jenner son amantes de esta técnica.
Más allá de sólo pasar un toque de blush por tus mejillas, esta técnica se asegura de resaltar tus facciones, complementar tu tono de piel y crear un efecto multidimensional en tus mejillas que parecerá que el glow viene desde adentro. Desde jugar con las diferentes texturas de blush, hasta saber en qué parte de tus mejillas aplicarlo, aquí te dejamos una guía completa para que domines la técnica y tu maquillaje luzca natural, luminoso y digno de una beauty it girl.
Cómo aplicar la técnica de beauty layering
Prepara tu piel
La clave para que tu maquillaje dure y su aplicación sea uniforme recae en una buena preparación de la piel. Primero debes conocer tu tipo de piel, y de acuerdo con sus necesidades, hidratarla de forma correcta. Una piel hidratada hará que cualquier tipo de maquillaje se adhiera mejor. Así que sobre un cutis limpio, lo recomendado es aplicar algún serum nutritivo, crema hidratante, contorno de ojos y protección solar.
Seguido de tu rutina de skincare, te recomendamos aplicar un primer luminoso para crear una base uniforme para tu maquillaje, además de que te aportará un glow natural. Sigue con tu base de maquillaje favorita -puedes optar por un skin tint si no necesitas cobertura completa- y corrector debajo de los ojos para emparejar el tono de tu piel y cubrir cualquier imperfección. Los expertos recomiendan aplicar un poco de polvo translúcido para sellar la base y corrector.
Aplica blush en crema como la primera capa
Para unas mejillas con color duradero y natural, empieza por una capa de blush en crema, este tipo de textura provee una aplicación suave y muy fácil de difuminar que se mezcla armoniosamente con tu piel, lo que crea un resultado luminoso. Puedes elegir un tono de blush en crema que acentúe tu tono de piel, por ejemplo, rosa pastel o durazno para pieles blancas, coral o rosa cereza para pieles medias, y ciruela para pieles más oscuras.
Empieza aplicando en ligeros toques en tus mejillas con una esponja o con las yemas de tus dedos, la ventaja del blush en crema es que lo puedes ir construyendo, aplicando en pequeñas dosis hasta que logres el tono deseado. Además de las mejillas, puedes aplicar un poco en el puente de tu nariz o sienes para lograr ese efecto veraniego de haber estado todo el día bajo el sol. Sube de tus mejillas a tus pómulos para conseguir ese efecto “lifting” que definirá tus facciones.
Continúa con el blush en polvo
Después de haber creado una base natural y luminosa, sella tu blush con una versión en polvo de un tono similar. La textura en polvo ayudará a alargar la duración del blush en crema y aportará dimensión. Aplícalo con una brocha para polvo en movimiento circular de la misma manera que aplicaste la versión en crema, y difumina hasta que tengas un resultado natural y sin marcas o líneas en tus mejillas.
El toque final: ilumina
Para terminar tu obra maestra, un poco de iluminador acentuará tus facciones, creando un efecto de luz que se reflejará en las partes donde pega el sol en tu cara naturalmente. Elige un tono de iluminador que favorezca tu tono de blush: para los tonos fríos elige un iluminador aperlado o champagne, mientras que para los tonos más cálidos uno dorado o durazno. Aplica un poco en tus pómulos, puente de la nariz y en lagrimales. Termina con un spray fijador para que todo tu maquillaje se derrita naturalmente sobre tu piel y se mezcle perfectamente para un acabado natural y luminoso.