Conseguir atención plena y estar en el presente ha sido una de las metas más buscadas por el hombre y para esto se han desarrollado distintas prácticas que ayudan a conseguir este estado conocido como mindfulness, el cual se rige con la frase ‘aquí y ahora’ y que se basa en aceptar sin juzgar y sin intentar cambiar lo que sucede en nosotros y en nuestro entorno y en saber separar el ruido y las múltiples distracciones de nuestra mente.
Esto es el mindfulness
Aunque como práctica es bien conocida hace cientos de años y ha sido adaptada de las tradiciones budistas, en la actualidad en la que los temas de salud mental han cobrado mayor protagonismo, se ha dado más relevancia a esta palabra, la cual generalmente es relacionada con una religión, pero que en realidad se trata de una técnica laica y aunque sí tiene sus bases en la espiritualidad, consiste en un trabajo netamente individual.
El mindfulness –que también es muchas veces confundido con el acto de la meditación– tiene como principal objetivo mejorar la calidad de vida de quienes practican y resulta particularmente favorecedor para el tratamiento de ansiedad, estrés y depresión, problemas neuronales y también algunas enfermedades crónicas.
A pesar de ser complicado de alcanzar debido a que requiere de entrenamiento, mucho esfuerzo y dedicación, el estado de conciencia plena es posible para todos y será aún más sencillo si inicias a practicar desde niño, por lo que aquí te damos unos consejos para lograrlo.
Consejos para alcanzar el estado total de conciencia o mindfulness
- No te exijas lograr este estado en la primera y no juzgues tu proceso. Mucha gente se detiene en los primeros días de realizar esta práctica debido a que siente que no es capaz de concentrarse por mucho tiempo, así que inicia con un minuto al día, poco a poco podrás incrementar tu duración hasta llegar a los 30 minutos. Ten paciencia y no quieras avanzar tan rápido, acuérdate que antes de correr hay que caminar.
- Encuentra tu momento. Puede ser justo después de despertar, al terminar tu trabajo, o incluso puede ser luego de tu hora de comida, lo importante es que sepas que ese es el momento más tranquilo durante tu día. Una vez localizado, dirígete a un sitio tranquilo, puede ser al aire libre o dentro incluso de tu oficina, pero procura que no tenga tantos ruidos y distracciones.
- Encuentra una posición cómoda y, de ser posible que tu ropa también sea confortable. Aunque las condiciones no siempre son las más favorables, esto te puede ayudar debido a que tener una mala postura o la ropa inadecuada pueden generar distracciones físicas que te pueden apartar del proceso.
- El primer paso es, siempre, respirar. También aprender técnicas de respiración es muy importante, pero por lo pronto te servirá hacerlo de la manera en la que sabes. Inicia aspirando por la nariz durante siete segundos, después detén el aire en tus pulmones otros siete segundos, y expúlsalo durante el mismo tiempo. Haz esto entre tres y cinco ocasiones e inicia tu proceso.
- Concéntrate en tu respiración. Una ver terminado tu primer ciclo, continúa con una respiración normal, pero haz que tu mente sea consciente de esta, es decir, siente la temperatura del aire, imagina cómo entra por tu nariz y llega a tus pulmones, como de ahí de distribuye el oxigeno a todo el cuerpo y vuelve a salir el aire. Esto hazlo para lograr tu concentración y cada vez que haya algo que te aleje de este pensamiento detente y regresa a tu mente sin juzgarla y sin frustrarte.
- No frenes tu proceso por creer que no eres capaz. Es natural que los pensamientos lleguen y se vayan, déjalos libres y busca generar una actitud neutral ante estos. Permíteles, que entren, obsérvalos y deja que se vayan para que tú puedas regresar al aquí y el ahora.