Dejando atrás aquellos días en los que la palabra dieta estaba relacionada con un tema meramente estético, hoy, afortundamente tiene una conotación que intenta funcionar como un sinónimo de salud, pues estos sistemas de alimentación nos ayudan a prevenir o controlar algunos padecimientos, como es el caso de la inflamación.
La inflamación es una respuesta fisiológica de nuestro organismo para intentar mantener la estabilidad de nuestro cuerpo y su origen puede tener distintas razones como una mala alimentación, el estrés, el consumo de tabaco y alcohol y un sueño ineficiente, por mencionar algunos de los detonantes.
Además, aunque a simple vista parecería un malestar menor , se ha estudiado la posibilidad de que su manifestación podría considerarse la antesala del desarrollo de diabetes o cáncer. Razones por demás poderosas para que un grupo de expertos de Harvard haya puesto especial interés en difundir tres tipos de dietas antiinflamatorias en su especial ‘Lucha contra la inflamación’ con la evidencia médica que existe sobre este padecimiento.
Tres efectivas dietas para darle la vuelta a la inflamación
Dieta Mediterránea
Este modelo alimentario, reconocido por los especialistas como uno de los más saludables y equilibrados del mundo, consiste en priorizar el consumo de alimentos de origen vegetal, pescado y carnes magras en la ingesta diaria. Además, considera alimentos de temporada e incluye el uso de hierbas aromáticas como pimienta, orégano, laurel y comino, entre otras.
Sumado al tipo de alimentos que la conforman, también destaca la forma de prepararlos. En su mayoría se trata de ingredientes frescos o muy poco procesados y se cocinan prescindiendo de la mayor cantidad de grasa, es decir, al vapor, asados o incluso crudos, como en el caso de las ensaladas.
Dieta Dash
Este régimen, aunque menos conocido, es el aliado perfecto para personas que padecen hipertensión, pues sirve como auxiliar para reducir la tensión arterial de forma natural, de ahí su nombre en inglés: Dietary Approaches to Stop Hypertension.
Se trata de una dieta baja en sal, pero rica en potasio, calcio y fibra. Incorpora alimentos sin almidón (alcachofas, berros, brócoli, calabaza, cebolla, coliflor, col, espárragos, espinacas, lechuga, pepinos, pimientos, etc), porciones moderadas de carnes magras, granos integrales y productos lácteos y elimina las golosinas, el alcohol y las comidas con alto contenido de grasas saturadas.
La Dieta Antiinflamatoria del Dr. Andrew Weil
Pionero en el tema de la inflamación, el Dr. Weil, egresado de Harvard, comenzó a estudiar este problema de salud para el que retomó las bases de la dieta mediterránea combinándola con influencias de la cocina asiática, con lo que logró un resultado interesante para el paladar, pero además efectivo contra el padecimiento en cuestión.
En ella minimiza el consumo de alimentos procesados sustituyéndolos por fuentes saludables de proteína como el pescado azul, frutas, verduras y semillas. Así, entre el 40% y 50% de las calorías se obtienen de los carbohidratos, el 30% de las grasas y el 20% o 30% restante de proteínas.
Aunado a estos patrones de alimentación, incluir una rutina de ejercicio, tener un adecuado descanso, reducir o eliminar malos hábitos como el consumo de tabaco o alcohol, así como probar estrategias para controlar tus niveles de estrés, podrá optimizar los resultados que deseas para decirle adiós a la inflamación.