Te aseguro que tendrás aún más fun in the sun después de conocer la siguiente información. La mayoría de nosotros sabemos que la vitamina C es un nutriente importante, necesario para estimular nuestro sistema inmunológico. Si bien esto es cierto, de hecho, nuestros cuerpos requieren entre 75 y 90 mg. de este compuesto al día, sus beneficios corporales van mucho más allá de lo interno.
La vitamina C es, en realidad, uno de los mejores ingredientes para el órgano más grande de nuestro cuerpo: la piel. Es un antioxidante, por lo que ayuda a protegernos de los radicales libres y rayos UV que rondan en el medio ambiente, y que pueden provocarnos envejecimiento prematuro, manchas y arrugas. Es un nutriente esencial para producir colágeno y elastina; y evita que tu cutis luzca opaco gracias a su capacidad para inhibir la tirosinasa, una enzima que desencadena la producción de melanina, que es la que le da a nuestra piel pigmento.
Vitamina C y el sol: ¿una relación peligrosa?
Existen diversos mitos que relacionados a la vitamina C. ¿El principal? Que causa sensibilidad y únicamente se puede aplicar por la noche. Falso. La vitamina C no provoca sensibilidad; en realidad, es todo lo contrario. Debido a que es un antioxidante, defiende a la piel contra el daño de los radicales libres causado por diversos factores ambientales como la contaminación, la luz ultravioleta o el humo de cigarro. Puede aumentar la efectividad de tu SPF o protector solar cuando se usan juntos (lo cual es sumamente recomendable).
Otros mitos que rodean a la vitamina C
Además de: no puedes usar vitamina C y exponerte al sol, existen otras creencias que queremos desmentirte:
Mito #2: Únicamente ciertos tipos de piel pueden usar vitamina C
Falso: todos los tipos de piel pueden beneficiarse de la vitamina C; incluso las sensibles o las propensas al acné. La clave está en elegir un a derivado suave de vitamina C (como el fosfato de ascorbilo sódico); ser consciente del porcentaje utilizado en la fórmula (las concentraciones más altas pueden ser irritantes), e introducir el producto lentamente en tu rutina diaria de skincare.
Mito #3: Todas las vitaminas C son iguales
La respuesta rápida es no, aunque en realidad es más complicada que un simple verdadero o falso. La vitamina C se usa a menudo como un término general, pero, en su forma pura, se conoce como ácido ascórbico. La confusión radica en las docenas de derivados existentes: ascorbil fosfato de sodio, ascorbato de sodio y fosfato de ascorbilo de magnesio, tetraisopalmitato de ascorbilo, solo por nombrar algunos.
Los derivados de la vitamina C suelen ser más estables y se oxidan a un ritmo más lento, haciéndolos mejores para el cuidado de la piel que las fórmulas puras de alta concentración, que pueden derivar en irritación.
Mito #4: cuanto mayor sea el porcentaje de vitamina C, mejor para tu piel
Not really! Los altos porcentajes de vitamina C pueden ser irritantes, y ciertamente no equivalen a resultados mejores o más rápidos. El porcentaje de vitamina C utilizado, ciertamente afecta la potencia de un producto, y las formulaciones puden oscilar entre 10 y 20%, pero son muchos más los factores que influyen en su eficacia: los niveles de pH, sus ingredientes (¿con qué se combinó? ¿es un suero o una crema?), el tipo de vitamina C, y su capacidad de absorción.
¿Por qué? No todos los derivados de la vitamina C son iguales; algunos no penetran en la piel fácilmente, y pueden ser inestables (por su capacidad de oxidación). En resumen, algunas formas de vitamina C, incluso en porcentajes más bajos, pueden ser más eficientes para producir resultados si se sabe que penetran en la piel y se mantienen estables durante períodos de tiempo más prolongados.
Mito #5: la vitamina C no funciona con otros ingredientes activos
La vitamina C se combina bien con otros activos, especialmente con la niacinamida, el ácido hialurónico y la vitamina E. Pero las cosas se complican cuando se considera mezclar la vitamina C con compuestos que se sabe que causan irritación como los AHAs (Alfahidroxiácidos) y BHAs (Betahidroxiácidos), y los retinoides. No es que no se puedan usar juntos, pero hay que hacerlo con precaución, pues de lo contrario, puede resultar peor. Consulta a tu dermatólogo de confianza.
Optar por la vitamina C para el día, y los ingredientes que se sabe que causan sensibilidad al sol ( los AHAsm, BHAs, y los retinoides) por la noche, te ahorrará tiempo y molestias en la piel.