“¿De almendra? ¿De avena? ¿De soya?... ” ¿No te ha pasado encontrarte en ese dilema mientras pasas por el pasillo de las leches en el supermercado? Muchas veces nos vemos tentados a probar nuevos productos, sin embargo el desconocer su información nos hace dudar, y siempre terminamos yéndonos por la misma opción. O, por el contrario, amamos un tipo de leche y quizás no es la óptima para nuestro organismo o para nuestros objetivos nutricionales y físicos.
Por eso, a continuación te platicamos un poco de cada uno de los tipos de leche más populares actualmente en el mercado para que a la próxima tomes una decisión con aún más conciencia.
Descubre qué tipo de leche deberías de estar tomando
Hoy en día, la variedad de leche en el mercado es impactante. La realidad es que cualquier tipo de leche puede encajar saludablemente en una dieta equilibrada, pero la ideal para ti depende de tus gustos y de tus sensibilidades alimentarias. Cada una tiene un perfil diferente de nutrientes, todos los cuales son importantes para mantener la salud (cuando se consumen con moderación). Desde una perspectiva nutricional, la de vaca es naturalmente rica en proteínas y nutrientes que ayudan a tener unos huesos sanos. La leche de soya es comparable a la de vaca en proteínas. Otras alternativas tienden a ser más bajas en calorías, pero también en proteínas.
Leche de vaca: tiene muchos beneficios si puedes tolerar la lactosa
La leche de vaca es una gran fuente de proteínas, vitaminas y minerales. Una taza de leche de vaca proporciona alrededor de 8 gramos de proteína, además de una importante dosis de calcio y vitamina D. Pero, por supuesto, también contiene lactosa, por lo que si eres sensible a ella, es mejor que busques otra opción.
Leche de almendra: una gran opción si practicas la dieta keto
La leche de almendras sin azúcar es una excelente opción para cualquiera que siga una dieta baja en carbohidratos o cetogénica (keto). Por lo general está fortificada con antioxidantes y es baja en calorías, azucar y grasa, pero también en proteína.
Leche de avena: un boost de fibra
La leche de avena se ha convertido en una de las alternativas favoritas de los últimos tiempos. Tiene un importante contenido de fibra y beta-glucano, un tipo de fibra soluble que puede reducir el colesterol y ayudar en la curación intestinal. Sin embargo, es más rica en carbohidratos y azúcares naturales que la mayoría de las variedades de leche a base de nueces.
Leche de soya: en términos de nutrientes, es la más cercana a la de vaca
La leche de soya es, en términos nutricionales, la más similar a la de vaca. Tiene un alto contenido de proteínas, contiene aminoácidos esenciales y, comúnmente, está fortificada con calcio para propiciar una buena salud ósea. La leche de soya es una buena opción para después de entrenar por su aporte protéico. Contiene 8 gramos por taza, lo mismo que la leche de vaca, y se considera un alimento benéfico para el corazón; ideal para personas que sufren de trastornos cardiovasculares.
Leche de coco: una opción baja en calorías, libre de lácteos
Para aquellos con alergias o sensibilidades a las nueces, la leche de coco es una fabulosa opción: baja en calorías y sin lácteos. Tiene un alto contenido de TCM (triglicéridos de cadena media) que respaldan la función cerebral y está reforzada con calcio, vitamina B12 y D. La leche de coco carece de proteínas, pero tiene un alto contenido de grasas y carbohidratos simples.
Leche de arroz: excelente para aquellos con múltiples alergias o sensibilidades
La leche de arroz es bebida a base de granos; una buena opción para las personas con múltiples sensibilidades alimentarias, como la alergia a las nueces, los lácteos y la soya. Lo malo: ofrece un poco valor nutricional (tiene una minúscula cantidad de calcio y hierro), ya que es principalmente almidón de arroz mezclado con agua, y puede elevar los nieveles de azúcar en la sangre. Recuerda: todo con moderación.
Leche de macadamia: un sabor similar a la de vaca
Si estás buscando una leche libre de lactosa, que sepa a leche de vaca, la de macadamia podría ser tu mejor opción; siempre y cuando no tengas alergia a las nueces de árbol. Aunque es un poco más cara que el resto, tiene un sutil sabor a mantequilla y nuez. También posee un alto contenido de grasas monoisaturadas saludables para el corazón.
Cashew milk: baja en calorías y sin lactosa
La leche de nuez de la India, como se le llama en varios países de Latinoamérica a este tipo de fruto seco, es baja en calorías, carbohidratos y azúcar. Por lo general está fortificada con calcio y vitamina D, aunque las que generalmente están disponibles en los supermercados son bajas en proteína. Es una súper opción para personas con desequilibrios de azúcar en la sangre o cualquiera que busque una alternativa baja en calorías.