El primer lugar donde se notan las libras de más es en la zona media. Y suele ser de donde más cuesta eliminarla. Por eso a la hora de buscar y adoptar una dieta solemos preguntarnos: ¿puedo reducir la grasa abdominal con la dieta? La respuesta es mucho más compleja y requiere entender algunas premisas importantes sobre lo que comemos y comportamiento en el organismo.
Algunas de las dietas que suelen dar resultados inmediatos, más no permanentes son las llamadas dietas cetónicas o que evitan el consumo de carbohidratos. Sin embargo, estos son imprescindibles como lo son las proteínas y las grasas para mantener nuestro cuerpo sano. Gracias a ellos tenemos el combustible inmediato para que las células, tejidos y órganos realicen sus funciones.
Y aunque son necesarios, lo ideal es mantener al margen la cantidad de carbohidratos que comemos y la calidad de estos. Cuando se sobrepasa el requerimiento estos macronutrientes se convierten en grasa, alojándose desordenadamente en todo el organismo, y con especial preferencia en la zona media del cuerpo. Y este problema no es un asunto solamente de estética, sino de salud. Adicionalmente, el paso del tiempo hace que la grasa aloje en la cintura femenina que le cuesta cada vez más 'abandonar'.
¿Hay carbohidratos que evitan la acumulación de grasa abdominal?
Los carbos se dividen en simples y complejos. Y es muy fácil diferenciarlos: los simples son aquellos como el azúcar, el pan blanco, las sodas y aquellos provenientes de alimentos muy procesados, generalmente deliciosos, pero una bomba calórica para el organismo. Se procesan tan rápidamente que de inmediato sentimos hambre nuevamente y son adictivos.
Los complejos son ricos en fibra y se digieren más lentamente, puedes encontrarlos en cereales, tubérculos, frutas, legumbres, verduras (especialmente en la rúgula, el brócoli, el repollo, el kale, la coliflor y las coles de Bruselas).
Recuerda que siempre se habla de que el famoso six pack se construye en la cocina y se decora en el gimnasio. Así que para empezar deberás controlar el consumo de carbohidratos, eliminar los refinados y dejar solo los complejos. Una vez logrado el objetivo con el peso, iniciarás la fase de mantenimiento y podrás darte un gusto excepcional con alguna torta o pan. Es importante que elimines las bebidas azucaradas y limites al mínimo las alcohólicas.
Consume proteínas magras (cortes sin grasa de carne de res y pollo). Dale preferencia al pescado, huevos y lácteos desnatados. Elige grasas buenas provenientes del aguacate, aceite de oliva, coco, girasol, etc. Y olvida las frituras como método de preparación de alimentos.
Y no descuides la actividad física, dándole prioridad a los ejercicios que trabajan el core (la faja abdominal de nuestro cuerpo). Si sigues estos pasos hacia una vida más sana, no solo lucirás mejor –y tu cintura se hará más pequeña–, sino que te estarás inyectando salud y bienestar.