Los seguidores de la realeza quedaron desconcertados al ver dónde fueron ubicados el príncipe William y el primer ministro británico, Sir Keir Starmer, durante la cobertura del funeral del Papa Francisco en la Ciudad del Vaticano este sábado.
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Mientras líderes mundiales como el expresidente de EE. UU., Donald Trump, y su esposa Melania, junto a miembros de la realeza europea como la reina Mary de Dinamarca, ocupaban lugares centrales frente al altar de la Basílica de San Pedro, William permaneció varios asientos más atrás. Guardó un minuto de silencio con solo los royales jordanos una fila delante de él.
Sin embargo, el complejo plan de asientos no tuvo nada que ver con la importancia en el escenario mundial. De hecho, el cardenal Vincent Nichols, líder de los católicos en Inglaterra y Gales, lo describió como una "jugada maestra" para calmar los "grandes egos" de los líderes internacionales.
La distribución de los asientos se hizo por orden alfabético... pero en francés. Esto se debe a que el francés sigue siendo considerado el idioma de la diplomacia, además de alterar el orden que un angloparlante esperaría.
De los 55 jefes de Estado, 14 jefes de Gobierno y 12 monarcas reinantes que asistieron a la ceremonia al aire libre, el país natal del fallecido Papa, Argentina, tuvo prioridad. Italia le siguió en importancia porque el Papa es el obispo de Roma y líder de los obispos católicos de la nación.
El plan de asientos se organizó siguiendo el orden alfabético de soberanos reinantes, jefes de Estado y jefes de Gobierno.
Mientras que Trump aparece relativamente temprano en la lista porque Estados Unidos figura como "États-Unis d'Amérique", William queda casi al final, ya que el Reino Unido se traduce como "Royaume-Uni".
Una clase magistral de "control de escena"
El cardenal Nichols, que pronto participará en su primer cónclave para elegir a un nuevo Papa, aseguró que los organizadores del funeral tenían una estrategia muy bien pensada en cuanto al plan de asientos, y que no se dejaron intimidar por el enorme reto que representaba el evento.
Según dijo, el funeral fue "sin duda, otra obra maestra en gestión de escena, sobre todo si consideramos a los líderes de Estado que tienen una alta opinión de su propia importancia".
El cardenal añadió: "Lo he visto aquí una y otra vez: la combinación de Roma y la Santa Sede es, en realidad, una maestra en la organización de grandes eventos".
"Creo que llevan haciéndolo desde la época en que los emperadores gobernaban Roma: saben perfectamente cómo manejar grandes egos. Y estoy seguro de que cada líder que venga aquí el sábado se irá a casa razonablemente satisfecho".
El gran momento diplomático de William
El príncipe de Gales asistió al funeral en representación de Carlos, jefe de la Iglesia de Inglaterra, en honor al Papa Francisco, quien era el líder de la Iglesia Católica Romana.
La decisión de que William, futuro Gobernador Supremo de la Iglesia Anglicana, representara a su padre está en línea con la tradición y el protocolo moderno.
Carlos, en su papel de príncipe de Gales, asistió previamente al funeral del Papa Juan Pablo II en 2005 en nombre de su madre, Isabel II.