A poco más de dos años de haberse comprometido, la princesa Marta Luisa de Noruega y Durek Verrett se han casado. La esperada boda se ha llevado a cabo este sábado 31 de agosto en Geiranger, Noruega.
Para su gran día, la novia lució un vestido sin mangas con escote en V, que combinó con un velo, así como la tiara de diamantes y perlas que recibió como regalo de su abuelo, el rey Olav, el día que cumplió 18 años. Un gesto por demás significativo que no ha pasado desapercibido, pues además de que ya se anticipaba que Marta Luisa se decantaría por esta joya el día de su boda, la cual ha llevado en muchas cenas de gala y bodas reales, dicha tiara sin duda tiene un significado personal muy especial, según ha detallado nuestra revista hermana HELLO!
Por otro lado, el novio ha lucido un look clásico, pues optó por un esmoquin negro que presentaba el monograma de la pareja en la chaqueta. Anteriormente, la princesa había explicado en Instagram que el monograma "no es un monograma oficial", ya que ya no representa a la familia real en funciones oficiales. Sin embargo, aclaró: "Este monograma es simplemente un emblema maravilloso con un simbolismo importante para @shamandurek y para mí abrazando nuestro amor".
La pareja se casó en el Hotel Union, en el fiordo Geiranger, frente a familiares y amigos, incluidos los padres de la novia, el rey Harald V y la reina Sonia, su hermano, el príncipe heredero Haakon; su esposa, la princesa heredera Mette-Marit y las tres hijas de Marta de su primer matrimonio con Ari Behn: Maud Angelica Behn, Leah Isadora Behn y Emma Tallulah Behn.
Después de la ceremonia, Marta Luisa expresó: "Nuestro amor ha triunfado contra todo pronóstico y durará para siempre". Durek añadió: “El amor trasciende todas las cosas porque el amor es la energía original que todos somos en este planeta. Triunfa todo”.
La historia de amor de los ahora esposos
Los recién casados se conocieron en 2018 y se comprometieron en 2022. Antes de su boda, la integrante de la Familia Real noruega admitió en HELLO! que después de divorciarse de su primer marido, Ari, había decidido no volver a casarse, pero cambió de opinión después de conocer a Durek. "Para mí, casarme sellará la cercanía entre nosotros… Es una forma de elevar la energía y entrar en una nueva fase de nuestra relación".
En ese mismo sentido, Durek habló de la importancia del día de su boda: "Es dejarle saber al mundo que esta es la persona que amo en una declaración ante mi familia, mis amigos y Dios", dijo ilusionado. Y continuó: "Sellar nuestra relación frente al universo es una fuerte declaración espiritual, y hacerlo rodeado de las personas que nos aman y a quienes amamos, será maravilloso".