En medio de un arduo entrenamiento que pone a prueba sus habilidades físicas y mentales, la princesa Leonor de España se llevó una grata sorpresa al recibir la visita de su padre, el rey Felipe, en el centro nacional de adiestramiento de San Gregorio, en Zaragoza, España. El Monarca se presentó para supervisar los entrenamientos de los jóvenes de la Academia General Militar de Zaragoza durante un estratégico entrenamiento en donde, además, convivió con su hija y los demás cadetes en un ameno momento a la hora del lunch.
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La princesa y heredera al trono español se encuentra en su segundo curso de la academia militar, en donde ha estado desde hace medio año. Ahí, Leonor ha entrenado día y noche para una formación militar, en donde también ha hecho nuevos amigos con quienes se ha desenvuelto en el campo en donde estuvo cumpliendo con su entrenamiento del 11 al 16 de marzo.
El rey no sólo fue testigo de la destreza de Leonor y sus compañeros de la 22 compañía, sino que se mostró orgulloso de su primogénita, a quien saludó con un fuerte apretón de manos al igual que a los demás alumnos; sin embargo, se diferenció por la cálida sonrisa que intercambió con su hija. Más tarde, el también esposo de la reina Letizia le daba una palmada a Leonor en la espalda mientras ella se preparaba para una de las actividades.
Conversador y muy atento
No todo fue entrenamiento y disciplina durante la visita del rey, quien se sentó en el comedor con su hija y los cadetes para disfrutar del lunch. Los alumnos comieron paella de mariscos con un guisado en salsa, además de pan y pera; todo servido en bandejas de acero inoxidable con divisiones para cada uno de los tiempos. Por su parte, Felipe sólo los acompañó con agua.
El rey se mostró muy atento no sólo con Leonor, sino con los demás cadetes en su mesa, con quienes intercambió algunas palabras. Al igual que ellos, Felipe llevaba el uniforme de camuflaje verde, con su apellido en la parte izquierda del pecho.