Ha pasado poco más de un año desde la dura partida de la Reina Isabel, la mujer que era un emblema a nivel mundial y la cabeza de una de las Casas Reales más importantes fallecía el 8 de septiembre del 2022. Desde entonces, los Windsor han cerrado filas alrededor de Carlos III, quien se preparó durante décadas para subir al trono. Los Príncipes de Gales han cobrado un papel protagónico, Camilla se ha convertido en reina y otros miembros de la Familia Real británica han ido ocupando sus correspondientes lugares en esta nueva etapa dentro de esta monarquía. A pesar de que el tiempo no pasa en vano, es un hecho que el recuerdo de Isabel II sigue en pie; algún comentario del Príncipe William en uno de sus discursos, los recuerdos de la Princesa Anne o la declaración de la Princesa Eugenia, que rememoraba cómo la Reina guardó celosamente el secreto de su video con Paddington, en el que fuera su último Trooping the Colour, para sorprender, incluso a su familia, Isabel II sigue viva en la memoria. Curiosamente, a pesar de que durante más de siete décadas estuvo a la cabeza de la monarquía británica y pasará a la historia como una de las mujeres más fieles a su deber, siempre respondiendo a la responsabilidad que adquirió cuando era apenas una niña y en un cambio del destino, se vio en camino al trono, lo que se recuerda con mayor cariño de su memorable vida, es su papel como matriarca de la familia. Una madre moderna, que compaginaba su trabajo con la crianza de sus cuatro hijos, una abuela siempre presente, convirtiéndose en la persona favorita de sus nietos, y una bisabuela comprensiva, que se reía de las ocurrencias de los más pequeños de la casa. Es precisamente por esto que ante la desvelación de una carta de Isabel II, ha llamado tanto la atención verla en su faceta de madre hablando de sus hijos.
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A quién escribía Isabel II
La epístola que se ha dado a conocer a través de distintos medios británicos en vísperas de su subasta por la casa Eppli, de Leinfelden-Echterdingen, Alemania, fue escrita el 5 de agosto de 1954 a la hermana Helen Rowe, a quien la Reina cariñosamente se refería con Rowie. La religiosa había sido la matrona y amiga de la monarca por varios años, y la carta respondía a un mensaje que Rowie había hecho llegar al Palacio previamente. Las palabras de Isabel II que se pueden ver de su puño y letra en las imágenes de la correspondencia resuenan aún más al saber que las escribió cinco meses después del nacimiento de su cuarto hijo, el Príncipe Eduardo.
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Qué dice la carta de la Reina Isabel II
En una faceta pocas veces vista en público, en sus palabras se puede percibir plasmada a la Isabel II maternal. En la carta se lee: “Querida Rowie, siento profundamente que nunca nos pusimos en contacto contigo antes de que dejaras Londres. Mabel estaba enferma en cama cuando escribiste, y confieso que leí mal tu letra por estar muy apresurada y recordé el día incorrecto que habías puesto, y cuando estuve fuera en Arundel el fin de semana, de la nada me acordé de tu carta, y por supuesto, ¡ya era muy tarde para entonces! El bebé está maravilloso, tan bueno como el oro, tratando sentarse y ¡pesando 15.2 libras! Le sonríe y se ríe con todo mundo, ¡y hace felices a todos! Charles, estoy agradecida de decir, está mejor, pero todavía muy frágil. Espero verte cuando regreses en octubre”, firma Isabel II.
En este mensaje, el bebé al que se refiere la Reina es a su hijo menor, el Príncipe Eduardo, quien a sus cinco meses parece haber sido la alegría del Palacio. Ha de recordarse que incluso en su vida adulta, Eduardo fue especialmente cercano a su madre, acompañándola en muchos momentos especiales, y forjando una relación entrañable entre Sophie, su esposa, y la monarca. En la misiva también se puede leer que la Reina se refiere a Carlos -que entonces tenía 15 años-, la razón de la fragilidad del ahora rey, se debía a que había enfrentado una pulmonía, resultado de un campamento escolar al que había asistido tiempo antes.
Desgraciadamente, la amistad de la Reina y Rowie se vio truncada poco tiempo después, pues dos años más tarde de que recibiera esta carta, la religiosa falleció.