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Después de haber retomado su agenda en Reino Unido, el Príncipe William ha emprendido uno de los viajes más importantes de su calendario durante este año. Después de la emotiva aparición que tuvo del brazo de la Princesa de Gales, Kate Middleton, durante el primer aniversario luctuoso de la Reina Isabel, y tras sus compromisos en solitario en torno de sus distintas iniciativas, así como un agitado día por el Condado de Cornwall, que ahora está bajo su cargo, el Príncipe William hizo maletas y realizó el viaje a Estados Unidos, en donde estos días se enfocará en la promoción del Earthshot Prize 2023, anunciando a los grandes finalistas de esta iniciativa que creó con el fin de poner su granito de arena en la lucha para preservar el medio ambiente. Ha sido así cómo esta vez, el Príncipe ha viajado en solitario al país vecino, mientras que su esposa Kate se ha quedado en casa para poder cumplir con su agenda pública de forma individual. Que si la Princesa de Gales no ha hecho el viaje, parece que se ha hecho presente a través de la maleta de su marido. Y es que lejos de la formalidad y tradición que se suelen ver en el guardarropa del Príncipe, en esta ocasión se le ha visto siguiendo las pautas de estilo de su mujer. Que si ya iba a Estados Unidos, territorio en el que vive su hermano mejor, había que ir bien armado, y qué mejor que hacerlo con la sonrisa que heredó de su madre, la Princesa Diana. Es así cómo en el primer día de compromisos del Príncipe, que viajó en un vuelo comercial desde Londres hasta el aeropuerto de Newark en Nueva Jersey, se ha dejado ver radiante, convirtiéndose en toda una sensación de las redes sociales.
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El Príncipe William a la conquista de la Gran Manzana
A pesar de que Estados Unidos ha sido el refugio de los Duques de Sussex desde su partida de Reino Unido en marzo del 2020, una encuesta que se realizó hace algunos meses, dejaba ver la gran popularidad que el Príncipe William tiene por aquellas tierras, por lo que no ha sorprendido que con esto en mente, haya querido poner su mejor cara al momento de comenzar con los compromisos que se tienen programados para este viaje exprés que durará apenas dos días.
A su llegada a Nueva York, el Príncipe tuvo su primera parada en Governor Island, en donde tuvo la oportunidad de conocer de primera mano la labor de Billion Oysters Project, una iniciativa que buscar restaurar los arrecifes de las ostras en el puerto de Nueva York. Para lograrlo, este grupo echa mano de la ayuda de estudiantes, voluntarios y restauranteros, quienes se sumaron a esta visita realizada por William. Como suele suceder en este tipo de apariciones, el Príncipe se mostró dispuesto a poner manos a la obra, dejándose ver en su versión más casual. Lo que llamó ampliamente la atención es que, no solamente su imagen era más relajada -y estilosa-, sino que también su actitud al convivir con los jóvenes estudiantes que apoyan a este proyecto, fue una sumamente cercana y casual, regalando en varias ocasiones aquella sonrisa que tanto recuerda a su madre.
A pesar de que este fue el compromiso casual de este día, el Príncipe continuó con su agenda con una visita a las oficinas de las Naciones Unidas, en donde se encontró con el secretario general Antonio Guterres. En este mismo tono, esta mañana el Príncipe se encontró con el presidente de Ecuador, Lasso Mendoza, y se sabe que a lo largo del día, además de tener encuentros con otros personajes importantes para su iniciativa, estará visitando a personas que trabajan en los servicios de emergencia de la Gran Manzana.
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¿Podemos hablar de la chamarra del Príncipe William?
Si no se alejó de su tradicional camisa en azul cielo y pantalones de lona en azul marino, parece que la Princesa de Gales tuvo algo qué ver con la maleta de su marido. Y es que tomando inspiración de uno de los looks más conocidos para este tipo de apariciones cuando de Kate se trata, el Príncipe apareció luciendo una chamarra hecha con materiales sustentables de la marca Olmetex. Si lo estilosa que era llamaba la atención, ha de saberse que esta compañía trabaja para crear piezas a la medida para sus clientes de la forma más amigable con el medio ambiente posible, algo que va especialmente de la mano con la labor de William en este viaje.
Si el Príncipe llegaba al lugar con unos mocasines de gamuza, su imagen cambiaría completamente cuando los reemplazó con unos tenis en el mismo color que su cazadora, que darían paso a unas botas contra agua, así como un overol con la misma característica para poder poner manos a la obra y trabajar en el arrecife. Que el toque final de esta imagen más relajada de William fue su gorra del proyecto, que llevó con mucho orgullo.
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