El Royal Ascot es la ocasión perfecta para ver el despliegue más espectacular del estilo británico. Los sombreros y pamelas que van de la elegancia a la extravagancia se apoderan de la carrera ecuestre más famosa del mundo, y aunque el código de vestimenta no podría ser más estricto, las asistentes hacen de las suyas para no dejar a nadie indiferente con su look. Es por eso que la mirada se posa en el evento, sobre todo con la esperanza de dar un vistazo a las royals británicas, que suelen echar la casa por la ventana cuando de esta aparición se trata. En esta edición, la primera bajo el reinado de Carlos III, se había podido ver a las Windsor casi al completo, pero faltaba la gran protagonista cuando de moda se trata. La Princesa de Gales ha partido plaza en cada una de las ocasiones en las que ha aparecido en el Royal Ascot, pero su asistencia no está asegurada, por lo que al paso de los días, quedaba este viernes como esperanza para verla con un nuevo look espectacular, y así ha sido. En medio de una agitadísima agenda, en la que ha tenido que volcarse tanto en apariciones públicas, como en asuntos personales que han acabado reportados por los diarios británicos, una elegantísima Kate ha brillado en el segundo carruaje de la procesión de esta mañana. Curiosamente, lejos de los románticos y sutiles looks con los que ha aparecido en otras ediciones, esta vez, la Princesa de Gales apostó por la audacia en un look en carmín total, robando todas las miradas en el campo de competencias y en el palco real.
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El vistoso look de Kate
Lejos de los encajes y colores pasteles que había llevado en otras ocasiones, esta mañana la esposa del Príncipe William ha querido hacer un statement cuando de moda se trata y qué mejor que hacerlo de la mano de las firmas en las que confía en ocasiones especiales, Alexander McQueen. Esta vez eligió un vestido de cuello en V con el escote cruzado y un cintillo en la cintura, que tiene una silueta muy similar al coat dress que llevó en el bautizo de la Princesa Charlotte y la boda de Meghan y Harry, eso sí, en esta ocasión creado en una tela mucho más ligera -para adaptarse a la temporada- y en un vibrante carmín con el que decidió combinar el resto de su guardarropa.
Sumándole un toque de sensualidad a este look, Kate eligió los delicados tacones Lorenzo 105 de la firma Jennifer Chamandi. Si a principios de la semana se le veía con un par bicolor de esta misma marca, esta vez eligió la versión en terciopelo rojo, que puede conseguirse por 580 libras esterlinas (alrededor de $12,666 pesos mexicanos). Este diseño se distingue por el tacón bautizado como ‘ojo de la aguja’, gracias a su finura, el cual salió bien librado de la caminada por el pasto, gracias a la pericia de la Princesa. Eso sí, haciéndolos un poco más discretos, removió el detalle que llevan originalmente en el empeine.
Los complementos
Como suele suceder en este evento, las miradas se pusieron sobre el sombrero que Kate eligió en esta ocasión. Para combinar a la perfección con su vestido, la Princesa llevó un diseño del sombrerero por excelencia de las royals, Philip Treacy. Se trata de un modelo estilo plato con motivos florales en la parte superior y un detalle en la parte inferior.
En un gesto que pocas veces se ve, Kate eligió para complementar este look, un bolso vintage. Se trató de un clutch del modelo Rio de Hermès, el cual en este momento solo se puede conseguir a través de tiendas especializadas de reventa de productos de lujo. De hecho, en la búsqueda de este modelo, hemos encontrado uno exactamente en el mismo tono y estilo que el que llevó Kate. Es así como supimos que se trata de una versión que fue hecha en 1988 y que actualmente se puede conseguir en tiendas de este tipo 1,150 euros (aproximadamente $21,517 pesos mexicanos).
El último toque fue el más sencillo, los aretes estilo chandelier que otorgaban el único toque de contraste sobre el carmín del look. De inspiración étnica, los aretes en dorado con cuentas negras son del modelo Esmee de la firma francesa Sezane, y aunque ya se encuentran completamente agotados, tenían un precio original de 95 dólares ($1,631 pesos mexicanos).