El cambio que se anticipaba ante la modificación de la línea de sucesión tras la partida de Isabel II en septiembre pasado ha quedado más que claro en los últimos meses. Si ya desde entonces los Príncipes de Gales cobraban un papel protagónico, desde la coronación de Carlos III, parecería que no hay un descanso para la pareja que va de un compromiso a otro con una enorme sonrisa en el rostro. A sabiendas de que son los herederos al trono, los Gales se han tomado con filosofía el vertiginoso cambio y han decidido dar su mejor cara a las responsabilidades que se les han otorgado. Si el fin de semana aparecían acompañados de sus tres hijos en el tradicional Trooping the Colour, una de las ocasiones más festivas y familiares de su calendario, al lunes siguiente, tomaban un aire más ceremonial y hacían acto de presencia en el servicio de la Order of the Garter -la más importante dentro de la Familia Real británica y de la que William es miembro desde el 2012-. Una encantadora Kate luciendo por demás sofisticada captaba las miradas en medio del evento que se distingue por las ceremoniales túnicas y sombreros que utilizan los miembros de la orden. Es sabido que, incluso antes de su matrimonio, Kate ya apoyaba a William en este evento, pero nadie esperaba que una imagen que se capturó en el servicio del 2014 se replicara casi a detalle en esta ocasión, dejando ver que a pesar del paso del tiempo, el amor entre la pareja sigue firme y constante.
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La fotografía en cuestión
Como es tradición, la pareja llegó en carruaje a los alrededores del Castillo de Windsor, antes de que William tomara su posición en la procesión, en la que esta vez le tocó caminar junto a su tío, el Príncipe Eduardo, y Kate se colocara en la zona reservada para los espectadores de la Casa Real, encabezando la formación, lugar que ha tomado desde su matrimonio con el Príncipe. Si en el 2008, durante su primera aparición en este evento, Kate era galantemente escoltada por el Príncipe Harry, quien la hizo reír en todo momento, para después quedar bajo la tutela de Camilla, que entonces todavía no era parte de la orden; esta vez se pudo ver a una protagónica Princesa de Gales acompañada de la nueva Duquesa de Edimburgo, Sophie.
Mientras ambas esperaban, se dio el momento que se volvió viral gracias a la réplica de la comentada fotografía, la cual pudo quedar idéntica al detalle gracias a la presencia de Sophie junto a la Princesa. La imagen que se vio repetida casi 10 años después fue la de Kate esperando atenta al paso de William dentro de la procesión para regalarle una sonrisa cómplice. A pesar de la indumentaria que el Príncipe debe llevar, en la fotografía original del 2014, se alcanza a ver la sonrisa con la que respondía al gesto de su esposa. Pero, esta vez, si en la imagen parecía que nos quedaríamos con la duda sobre el intercambio de miradas, un video ha dejado al descubierto que, tal como en aquella ocasión, el Príncipe ha vuelto a corresponder con una sonrisa que solamente ellos saben qué significa.
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Si la fotografía de los enamorados se ha vuelto viral, otro aspecto que se ha comentado mucho tras el servicio ha sido la combinación que se logró con el look -específicamente el tocado- de Kate y las vestimentas ceremoniales que William debía llegar. Gracias a un análisis que parece haberse llevado a cabo previo al servicio, en las imágenes hay una completa armonía entre ambos sombreros.
En esta ocasión, la Princesa de Gales eligió un vestido de cuello alto, mangas largas y fajilla en una seda estampada en blanco con polka dots negros, de Alessandra Rich, que originalmente salió a la venta en rosa con blanco. La Princesa llevó un tocado en negro de Philip Treacy, así como unos estilosos zapatos modelo Vittorio 85 de la firma británica Jennifer Chamandi de 850 libras esterlinas (alrededor de $18,600 pesos mexicanos) y un bolso clutch en marfil de Strathberry, modelo Multrees, de 390 dólares (aproximadamente $6,669 pesos mexicanos).
Como complementos, Kate llevó los aretes de perlas colgantes con diamantes, conocidos como los pendientes Collingwood -por el joyero de la familia Spencer- de la Princesa Diana, a juego con una pulsera de tres hileras de perlas con un broche de brillantes de Nigel Milne, también del joyero de su suegra.