Desde su partida de la posición senior de la que gozaba en la Familia Real británica, el Príncipe Harry ha sido férreo en su lucha contra los tabloides. Previamente, había dado ya algunas muestras de su molestia en contra de estas publicaciones británicas, pero con la libertad que cobró al desligarse del Palacio, se ha enfocado a hacer frente a todo tipo de persecución, que en su opinión, vivió desde que era muy joven. Es bien sabido que más allá de hablar abiertamente sobre esto, ha emprendido distintas acciones legales que lo han llevado a la High Court de Reino Unido, y en este momento se encuentra en medio de un juicio contra Mirror Group Newspapers -a la par que mantiene un caso abierto en contra de Associated Newspapers-. Ha sido precisamente en esta querella, en la que el Príncipe asegura que se llevaron a cabo prácticas ilegales para obtener información sobre él, en las que destaca la intervención telefónica- que se han dejado al descubierto algunas situaciones que reafirman lo dijo por Harry en su libro Spare. A pesar de esto, en la audiencia de esta mañana, el equipo legal del hijo de Carlos III ha sufrido un revés, pues la defensa ha expuesto que el Príncipe no ha entregado suficiente evidencia para sustentar su acusación de una intervención telefónica.
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El tabloide demandado por Harry asegura que recibía información del Palacio
Lo que hay sobre la mesa
El Príncipe apunta a que una serie de 147 artículos publicados entre 1995 y 2011 fueron realizados con información conseguida de forma ilegal, al tener acceso a detalles privados sobre su vida, que no habría otra forma de haber obtenido. Con esto en mente, en la audiencia de mitad de esta semana, el grupo admitió que uno de sus empleados contrató un investigador privado para obtener información para solamente uno de los artículos publicados en ese tiempo, por lo que ha pedido disculpas ‘sin reservas’ y se ha ofrecido a pagar una remuneración por este daño. Pero sobre el amplio listado expuesto por los abogados de Harry, han dicho que la información fue obtenida tanto a través de fuentes del Palacio, como de las entrevistas que el mismo Príncipe había dado, por lo que no consideran que deban pagar ninguna indemnización.
La postura del grupo sobre la intervención telefónica
El abogado del grupo editorial, Andrew Green, ha dicho este viernes que el que otras celebridades hayan tenido sus teléfonos intervenidos por periodistas del Mirror en ocasiones anteriores, esto no significa que a Harry le haya sucedido lo mismo. De hecho, apuntó a que la evidencia que ha proporcionado el Príncipe es poca o ‘absolutamente inexistente’, cuando en otros casos que se dieron en esos años, había extensiva información, lo que hizo que tuvieran que cumplir con la ley. El abogado fue más allá, diciendo que en vez de representar un atentado a su privacidad ‘una porción sustancial’ de los artículos considerados en esta demanda tienen un ‘asombroso nivel de trivialidad’.
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Empiezan a surgir los nombres
Si en una audiencia previa esta semana, el grupo editorial señaló que mucha de la información señalada venía directamente del Palacio, en esta ocasión se especuló directamente sobre nombres y apellidos. El abogado de The Mirror, puso de ejemplo una nota en el encabezado anunciaba que el Príncipe Harry padecía de mononucleosis, asegurando que más allá de una intervención telefónica, la verdadera fuente de la historia bien pudo ser el antiguo jefe de prensa de Carlos III, Mark Bolland, quien en ese entonces tenía una cercana relación con Piers Morgan, editor de aquella época del tabloide.
En la audiencia, el abogado dejó ver de forma implícita que tal vez, el Príncipe debería ir tras los empleados de su padre y no los periodistas. Otro de los argumentos presentados fue que si la intervención telefónica hubiera existido, hubiera sido descubierta en el 2006, cuando la Metropolitan police hizo un hallazgo de este tipo por parte de Clive Goodman de News of the World, en contra de Harry. “Ningún periodista de Mirror Group Newspapers fue arrestado o investigado, sugiriendo que Mirror Group Newspaper no estaba involucrado en la intervención del buzón de voz del Duque de Sussex o de aquellos alrededor de él”, apuntó el grupo editorial.