El rey Carlos III y la reina Camila han sido coronados hoy como soberanos del Reino Unido. La ceremonia comenzó a las 5 a.m. ET y fue un evento de 90 minutos descrito como relativamente informal según los estándares reales. A la Abadía de Westminster asistieron la familia real, varios jefes de estado y todo tipo de celebridades. Entre los bancos de la iglesia estaban el Príncipe William, el Príncipe Harry, los Primeros Ministros de varios países, la Primera Dama Jill Biden y más.
El arzobispo de Canterbury ofició la ceremonia y brindó a los feligreses un sermón centrado en el servicio. Era un tema del que se hizo eco el propio Charles. “No vengo a ser servido, sino a servir”, dijo Charles al comienzo del servicio.
Carlos se convirtió en rey tras el fallecimiento de su madre, la reina Isabel, en septiembre pasado. Ella gobernó durante 70 años, convirtiéndose en la monarca británica con más tiempo en el trono. La coronación de Carlos consolida su mandato como soberano absoluto y es un momento que se ha esperado durante décadas.
¡Dios salve al Rey!, suenan la fanfarria de Strauss interpretada por la filarmónica de Viena. Carlos III usa la histórica Corona de San Eduardo, pieza central de la coronación de los soberanos británicos durante más de 350 años. Oro, plata, platino, esmalte, turmalinas, topacios, rubíes, amatistas, zafiros, granates, peridotos, circonitas, espinelas, aguamarinas, terciopelo y armiño.
El guante, símbolo del rey como defensor, el cetro y la vara, que representan la autoridad temporal del Rey. Del mismo modo, el rey recibe el anillo, un zafiro octogonal de talla mixta en un engaste de oro recubierto con cuatro rubíes de talla rectangular y uno de talla cuadrada, ensamblados en una tira de oro para formar la cruz de San Jorge, con un borde de catorce diamantes en forma de cojín y un diamante en cada hombro, con un aro de oro, símbolo de ‘dignidad real’.
El príncipe de Gales jura fidelidad y le da un beso
Como parte del protocolo, William, futuro heredero a la corona, hace un gesto de fidelidad a su padre y le da un beso en la mejilla como símbolo de respeto a la corona de su progenitor y ahora nuevo rey de Gran Bretaña.