La princesa de Gales, Kate Middleton, se robó las miradas a su llegada a la Abadía de Westminster este sábado para la coronación de Carlos III. Impecable, como siempre, llegó junto al príncipe William acaparando la atención, especialmente en su look, con el que hizo un guiño a dos históricas mujeres de la monarquía: la reina Isabel II y la madre de su esposo, la princesa Diana.
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Para su look en este día, Kate se apegó a un amigo confiable y eligió a Alexander McQueen para su vestido, el mismo diseñador que la vistió para su boda aquel 29 de abril de 2011.
La pieza está confeccionada en crepé de seda de color marfil. Destacan los bordados con flores representativas de las cuatro naciones del Reino Unido: narcisos, rosas, tréboles y cardos.
Sobre el vestido, Kate llevó el Manto de la Real Orden Victoriana, el cual dio el toque de color con un diseño de raso azul con bordados rojos y forro de seda blanca. Además llevó bordada la insignia de la estrella de dama de Gran Cruz de la Real Orden Victoriana.
La duquesa llevó el cabello trenzado y recogido, sin lucir sus marcadas ondas sueltas. Así cede el protagonismo de su peinado al doble tocado de plata y cristal de Jess Collet por Alexander McQueen.
Un detalle femenino con el que hizo mancuerna con su hija, la princesa Charlotte, quien también lució una diadema aunque un poco más pequeña, diseñada por la misma firma.
La única hija mujer de los príncipes de Gales también lució un lindo vestido blanco de Alexander McQueen que llevaba una capa por encima.
En un guiño a Lady Di, Kate llevó un par de pendientes de perlas y diamantes que pertenecían al joyero de la madre del príncipe William. Conocidas como Herradura y Laurel, Diana solía llevarlos con la conocida tiara Lover’s Knot.