Este fin de semana todas las miradas se posaron en la Princesa de Gales. Un año más, Kate y William hicieron acto de presencia en los premios Bafta, de los que el Príncipe es patrón, y desfilaron sobre la alfombra roja como todas unas estrellas. Aunque Kate suele mantenerse alejada de los cánones estilísticos de Hollywood, en noches como esta se da una que otra licencia que le permite brillar en medio de las celebridades. Si esta vez recurría a un elegante diseño de Alexander McQueen que se le había visto en la misma premiación en el 2019, fueron sus accesorios los que capturaron toda la atención. El dramatismo de sus guantes estilo ópera en negro no logró arrebatar las miradas de los aretes que llevaba la Princesa. Pronto se sabría que se trataba de un modelo de Zara por demás accesible, haciendo que rápidamente volara de los aparadores. Si eso era apenas el domingo, esta mañana Kate ha retomado su agenda oficial con uno de sus looks emblema, una combinación que le permite mostrarse cómoda, pero a la vez formal, al momento de cumplir con sus compromisos. Eso sí, no ha faltado un toque que ha realzado su look, su pequeño bolso.
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Esta mañana, la Princesa de Gales realizó una visita al hogar para personas de la tercera edad Oxford Nursing Home en Slough, una ciudad de Berkshire, Inglaterra. Lejos del glamour del domingo pasado, se vio a una Kate lista para poner manos a la obra. Cumpliendo con las reglas del lugar, por primera vez en varias semanas se le vio usando cubrebocas de momento y estuvo conviviendo con varios de los residentes del lugar. Por supuesto, en este tipo de visitas no faltan los momentos divertidos, por lo que su paso por la cocina y su intento de hacer hot cakes no han pasado desapercibidos en las redes sociales. En otro momento, una simpática Kate charló con una de las mujeres que vive en el lugar, confesando que entre sus elecciones culinarias están los riñones, un gusto que compartía con la residente.
Kate, una princesa todoterreno
El look de Kate
En medio de todas estas anécdotas, no ha pasado desapercibido el conjunto que la Princesa eligió para esta visita, uno al que suele recurrir en ocasiones como ésta. Una combinación monocromática de suéter y pantalón de vestir, con un abrigo en contraste por encima, suele ser una de las elecciones más recurrentes para Kate durante los meses de otoño e invierno. En esta ocasión las sofisticadas piezas estuvieron encabezadas por un abrigo en color camel de lana de la firma Max&Co -marca junior del gigante italiano Max Mara- que se puede conseguir por 475 euros (alrededor de $9,329 pesos mexicanos).
Esta vez lo combino con un jersey de cuello alto en azul marino que se sospecha es de la firma Kitlane -que ha estado usando con frecuencia en las últimas semanas-, así como sus confiables pantalones de vestir en el mismo color de Jigsaw. Los tacones que completaban este bloque de color fueron sus Josie de Emmy London.
Pero si todo parecía sencillo y casi en su totalidad salido directamente de su clóset, hubo dos accesorios que realzaron el atuendo. Los primeros fueron sus pendientes de fantasía en azul marino con diseños geométricos que todavía no han sido identificados. Y en segundo lugar, su mini bolsito, el cual se había visto en dos ocasiones anteriores, pero que esta vez fue pieza clave para su imagen. Se trata del Numéro Sept en su versión mini de la firma francesa Poléne, que en los últimos meses ha cobrado gran relevancia en las redes sociales. Este bolso en azul marino tiene un precio de 420 euros (aproximadamente $8,249 pesos mexicanos), y aunque se encuentra agotado en este momento, se puede pre ordenar a través de su sitio web.