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Ante el lamentable fallecimiento de la Reina Isabel, el Rey Carlos III decidió hacer los movimientos necesarios de forma práctica y sin dejar pasar el tiempo, por lo que desde su primer discurso como monarca, nombró como Príncipes de Gales a William y Kate, dejando en manos de su hijo la posición que él ostentó a lo largo de casi toda su vida. Ha de recordarse que la posición del Príncipe de Gales se otorga al heredero al trono, aunque en el caso de Carlos, al haber sido tan pequeño cuando Isabel II fue coronada, fue hasta su cumpleaños 18 cuando en medio de una gran ceremonia, fue investido con este título. De la mano con esta posición, llega el ducado de Cornwall, que tiene una enorme importancia para el heredero al trono y que ahora queda en manos de William. Es por eso que ha sido tan significativo que esta mañana, los Príncipes de Gales hicieran su primera visita a Cornwall desde que se hicieron de este nuevo ducado.
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Miradas cómplices, bromas y un poco de competencia, en la aparición de William y Kate
Sonrientes y dispuestos a complacer a todas las personas que los esperaban a su llegada a Falmouth, los Gales estaban listos para recorrer el lugar que guarda especiales memorias en su familia. Ha de recordarse que, en los últimos años, la pareja ha pasado sus vacaciones con sus hijos en las Isles of Scilly, creando grandes memorias para el recuerdo. Es precisamente por esto que no ha sorprendido que en esta ocasión quisieran pasar su visita aprendiendo de la herencia marítima que caracteriza a esta comunidad que los ha recibido con brazos abiertos en el National Maritime Museum Cornwall.
La simpatía del Príncipe William quedó al descubierto cuando la pareja participó en el trabajo de reconstrucción que se está haciendo en una embarcación llamada Kiwi, que la Reina Isabel y el Príncipe Felipe recibieron como regalo de bodas de parte de la Marina Real de Nueva Zelanda. “Si se hunde de este lado, nosotros nunca estuvimos aquí”, dijo un divertido William, arrancando las risas no solo de los presentes, sino también de su esposa, quien lo veía divertida sin dejar de trabajar.
Kate, una princesa todoterreno
El look de Kate
Para esta ocasión que marca un paso importante en el camino de los Gales decidió recurrir a una pieza del pasado. Esta mañana se le vio llegando a Falmouth en un abrigo que estrenó en el 2012, un año después de su boda. Se trata de un modelo en café cruzado al frente con un delgado cinturón de Hobbs modelo Celeste, que a lo largo de los años se le ha visto en por lo menos otras seis ocasiones, dejando claro que en su clóset nada pasa de moda. Lo que ha llamado la atención de esta aparición del abrigo es que en las ocasiones anteriores que lo ha llevado, el abrigo era mucho más corto al original. Horas después de la aparición, se reportó que Hobbs apuntó a que se trata de una reedición del Celeste de hace algunos años y que estará próximamente a la venta.
En esta ocasión, Kate lo combinó con lo que parecía ser un vestido tejido de cuello tejido y mangas largas en carmín, pero al revisar a detalle, parece que se trata de un juego de suéter de la firma Kiltane y falda con un detalle al frente. El cinturón que llevó por encima es de Bash Paris -porque cuando se trata de Kate, se puede lucir más de uno con su look-, que también tiene en negro. Mientras que sus botas fueron a juego con su abrigo, de Gianvito Rossi.