Después de que pasarán turbulentos meses alrededor de la corona danesa, con la decisión de la Reina Margarita de remover los títulos de cuatro de sus nietos, pareciera que las cosas comienzan a recuperar el cauce. Tal como se había anunciado, este año, los royals daneses no pasaron las fiestas juntos, con la familia del Príncipe Federico y su esposa Mary viajando por primera vez en cinco años a Australia, tierra natal de la Princesa; y el Príncipe Joaquín y la Princesa Marie realizando un viaje al extranjero, del que no han querido dar detalles, pero ya se han dado reportes de lugar en donde estuvieron. Con el inicio de año, se ponía en práctica la decisión de la Reina, pero también daba inicio el calendario público de la familia que comienza con la celebración de Año Nuevo, un banquete que se realiza en el Palacio Real de Amalienborg. Al tratarse de una gala, este día amerita que se desempolven las joyas, los abrigos, y por supuesto, las tiaras, tal como pudimos ver en la Reina Margarita y la Princesa Mary.
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Margarita de Dinamarca se reúne con sus hijos tras oficializar los cambios en la Casa Real: 'Mis ocho nietos son mi gran alegría'
Este año, Mary de Dinamarca ha recurrido a la tiara que se le ve con más recurrencia y que es considerada como una de las más llamativas dentro de los joyeros reales europeos. Se trata del juego de rubíes que está compuesto por una tiara, unos aretes chandelier, un espectacular collar, un broche y varias peinetas que combinan de forma magistral el brillo de los diamantes y los rubíes en un despliegue de inspiración natural de gran tamaño.
La historia del Danish Ruby Parure
Como suele suceder en piezas tan espectaculares, su historia es una por demás interesante. Fue hecha originalmente para Désirée Clary Bernadotte, quien se convertiría en reina de Dinamarca, en 1804 para llevarla durante la coronación de Napoleón en París. La pieza se convirtió en parte de las joyas de la corona cuando los Bernadottes accedieron al trono, llegando a Copenhague en 1869. Sí, este apellido te suena porque es el mismo de la Familia Real sueca, y es que la Princesa Lovisa de Suecia se casó con el que sería el Rey Federico VIII de Dinamarca, llevándose con ella el fantástico juego de joyas.
Desde entonces, la tiara y sus acompañantes han sido lucidos por diferentes royals, convirtiéndose en una pieza exclusiva de uso para la Princesa Mary desde su boda en el 2004. En esta nueva aparición, Mary ha llevado únicamente la tiara y los aretes, dejando el collar en casa, ya que el vestido que lucía tenía un escote con el que esa pieza no hubiera lucido igual, mismo caso de los aretes largos que fueron sustituidos por una versión corta en las mismas piedras preciosas. Lo que sí, es que al tratarse de un evento de gran envergadura, la Princesa lució la Orden del Elefante, que es la de más alta distinción en el país nórdico. Además llevaba la Orden de la Familia Real de la Reina Margarita, la que la distingue al servicio de Su Majestad.
Ha de mencionarse que ha llamado la atención que adornando su moño recogido, Mary llevaba las peinetas que tienen el mismo diseño de la tiara y que se le han visto en otras ocasiones. Elegantemente, estas piezas lucen la forma de hojas en diamantes con los rubíes como adornos a forma de cerezos.
Mary de Dinamarca y su historia con la falda que era vestido
El look de Mary
Para esta noche de gala, Mary ha combinado la tiara con un vestido hecho a la medida para ella del diseñador danés Lasse Spangenberg, que ha llevado ya en otras ocasiones. El creador se mostró encantado con esta nueva aparición de su diseño, escribiendo en su cuenta de Instagram: “Estoy orgulloso…honrado…agradecido”. A juego con los destellos de su vestido y su tiara, la Princesa eligió un bolso clutch de J. Furmani.