Días atrás, el rey Carlos III y su esposa, la futura reina consorte, Camilla , fueron el blanco de un ataque durante la develación de una estatua de la reina Isabel II en York. Desde la multitud, contenida por algunas vallas y guardias de seguridad, un ciudadano arrojó varios huevos en dirección de ellos. Más tarde confirmaron que habían arrestado a un hombre de 23 años, llamado Patrick Thelwell, quien fue liberado bajo fianza y con castigo peculiar.
Si bien los blanquillos no impactaron contra los reyes, el joven fue llevado ante las autoridades para recibir un castigo con el que se asegurarían de que no volvería a atacar al rey. Patrick tiene prohibido acercarse al rey Carlos III a menos de 500 metros, una restricción comprensible para evitar futuros ataques.
Y para asegurarse de que no repetiría este tipo de acciones en contra de los miembros de la realeza o de cualquier otro individuo, Thelwell también tiene prohibido llevar huevos en público, una reprimenda que para muchas personas fuera del Reino Unido pareció un tanto graciosa.
El otro castigo que recibió por parte de la gente
Originalmente, la sanción dictaba que el joven no podría volver a comprar blanquillos, una medida que para muchos resultó tanto extrema como risible.
Sin embargo, fue la misma gente que se encontraba entre la multitud el día del ataque la que se fue en contra de él. Según reveló, después de que las persona notaran lo que había hecho, empezaron a agredirlo, jalándolo del cabello, con golpes, escupitajos, insultos y hasta amenazas de muerte.