A tres semanas de la partida de la reina Isabel II a los 96 años, la oficina del National Records en Escocia reveló que la causa de muerte de la Monarca fue por su avanzada edad. El documento, que fue divulgado por la oficina, también indica que la hora de la defunción fue a las 15:10 horas del 8 de septiembre pasado.
Como se sabe, la madre del hoy Rey Carlos III pasó sus últimos momentos en su residencia en el castillo de Balmoral, en Escocia. Ahí, rodeada del cariño de sus hijos y familiares más cercanos, le dieron el último adiós, permitiendo un momento familiar antes de que la noticia se desplegara, primero, de manera nacional, y después se esparciera por el mundo entero.
La reina llevaba varios días en Balmoral bajo la atención médica, un estado de salud que los doctores aseguraban que había empeorado. Sin embargo, no dieron más detalles sobre los males que aquejaban a la abuela de los príncipes William y Harry.
La reina misma reflejaba que ya no se sentía tan bien como antes, y en los meses previos a su final, había reducido considerablemente sus compromisos oficiales, dando más espacio al reposo y haciendo público que tenía problemas para moverse. En cuestión de ánimos tampoco estaba del todo bien, pues en abril de 2019 sufrió la pérdida de su esposo, el príncipe Felipe.
Un último adiós bastante emotivo
La muerte de la reina Isabel marcó el final de una era, y en el Reino Unido simpatizantes y seguidores de la Familia Real Inglesa se dieron cita a las afueras del castillo de Windsor y el Palacio de Buckingham para dar el último adiós a quien fuera su reina por 70 años. Tras 10 días de luto nacional, impuestos por el rey Carlos III, el mundo entero vio la última procesión de la reina, un funeral que dejó varios momentos emotivos que pasarán a la historia.
En las tomas que se transmitieron a todo el planeta y las fotos que dieron la vuelta al mundo, fuimos testigos de la visible tristeza en los cuatro hijos de la reina, así como en sus nietos, bisnietos y otros familiares queridos. Una de ellas fue la princesa Charlotte, de siete años, quien no contuvo las lágrimas al ver pasar el féretro de su Gan Gan.