El último adiós a la reina Isabel II reunió un sinfín de personas que buscaban despedirse de ella durante su paso final por las calles de Londres. En medio de la multitud, la Familia Real Inglesa se hizo presente no sólo por el protocolo que siguen rigurosamente, sino porque veían partir a una cariñosa abuela y bisabuela que dejaba atrás un mar de recuerdos y enseñanzas. Para la princesa Charlotte, hija de los hoy príncipes de Gales, Guillermo y Kate Middleton, fue un momento bastante emotivo que la hizo romper en llanto.
relacionado:
La pequeña de siete años, junto a su hermano mayor, el príncipe George, fue testigo de cómo transportaban el féretro de la reina en el funeral del Estado.
Los hijos de los príncipes Kate y William estaban junto su mamá, su tía Meghan Markle y la nueva reina consorte, Camilla; todos observando respetuosamente el funeral.
La emoción de la princesa de siete años resaltó entre las miradas tristes de su familia, pues es poco común que demuestren sus sentimientos en público. Sin embargo, se trata de una niña viviendo un hecho histórico en su propia vida.
Charlotte es la tercera en la línea de sucesión al trono británico, tan sólo detrás de su padre y su hermano George. Por ello es que su educación tiene como extra el comportarse en actos públicos, un detalle que dejó ver en la reverencia que hizo al igual que su madre y tía al ver pasar el ataúd y a su abuelo paterno, el rey Carlos III.
La presencia de Charlotte y su hermano mayor en actos públicos empiezan a ser frecuentes, mucho más ahora por su edad, ya que a pesar de aún ser pequeños, tienen un rol importante en la nueva era de la realeza británica. Por ello es que los ojos también se centraron en la única hija de ls príncipes de Gales.
La niña llevó un abrigo negro con vestido y medias del mismo color, enfatizando el luto nacional de su país. Al igual que mamá, usó un sombrero negro, un accesorio sencillo y elegante al mismo tiempo. Pero lo que más destacó fue que por primera vez llevó un broche en el abrigo, un guiño que tal como mamá hizo para su bisabuela.
Charlotte lució una herradura del lado izquierdo, un especial detalle con el que recuerda la pasión que la reina tenía por los caballos. Quizá un gusto compartido de ambas que las llenó de historias juntas y que hoy quedan en la memoria de la pequeña.