Meghan Markle está muy contenta por haber estrenado su tan esperado podcast Archetypes, un lugar en el que no sólo habla sobre los hechos que frenan a las mujeres en su lucha por el éxito y una vida mejor; sino que también aprovechó para revelar algunos detalles de su vida como mamá. Para sorpresa de muchos, la Duquesa de Sussex contó que hace un par de años, durante su viaje a África en representación de la reina Isabel II, vivió el momento más aterrador cuando la habitación de su hijo mayor, Archie, se incendió mientras ella atendía asuntos de la agenda real.
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“Lo dejamos en la vivienda en la que nos alojábamos porque él iba a dormir la siesta”, explicó durante la charla en la que la acompañó su gran amiga, Serena Williams. En ese entonces, Archie sólo tenía cuatro meses y medio de nacido, pero los amorosos padres no quisieron despegarse de él en este compromiso que los llevaría lejos de su hogar en el Reino Unido.
Harry y Meghan se enteraron del accidente cuando iban en el auto de regreso, un susto que no podría explicar. “Nuestra increíble niñera Lauren lloraba a mares. Se suponía que iba a acostar a Archie para que durmiera la siesta, pero fue al piso de abajo a buscar un refrigerio”, contó la esposa del príncipe Harry. La niñera se llevó al bebé con ella, la mejor decisión que pudo haber tomado, pues justo cuando bajaba las escaleras, explotó un calentador que estaba en la habitación asignada a Archie.
“No había detector de incendios, alguien olió el humo por el pasillo, y fue así como entraron y pudieron extinguir el fuego. Archie debía estar durmiendo ahí”, contó conmocionada por el trágico desenlace al que por poco se enfrentan.
El momento de más miedo en su etapa como mamá
Asustada, pero tranquila porque su hijo estaba bien, Meghan no sabía qué hacer después de abrazar a su hijo. “Todos estaban llorando, temblaban ¿Y qué teníamos que hacer? Salir y hacer otro compromiso oficial. Esto no tiene ningún sentido, hay que decirle a la gente lo que pasó”, recordó sobre cómo aquel hecho que por poco le cuesta la vida al bebé fue minimizado.
Harry y Meghan se mudaron de aquel lugar no sólo porque ya no estaba en condiciones habitables, sino por el riesgo que representaba. Y aunque encontraron un nuevo alojamiento, ella no se sintió nada tranquila después de la tragedia que se evitó gracias al instinto de su niñera.