Charlene de Mónaco en el Vaticano
Después de unos meses complicados lejos de la mirada pública, la Princesa Charlene ha retomado cada vez con más fuerza su agenda y para muestra el viaje que ha hecho con Alberto de Mónaco al Vaticano para reunirse en una audiencia con el Papa Francisco.
Charlene de Mónaco en el Vaticano
Después de unos meses complicados lejos de la mirada pública, la Princesa Charlene ha retomado cada vez con más fuerza su agenda y para muestra el viaje que ha hecho con Alberto de Mónaco al Vaticano para reunirse en una audiencia con el Papa Francisco.
Charlene de Mónaco en el Vaticano
Tal como dicta el protocolo, se le vio llevando la cabeza cubierta con una mantilla y luciendo un sencillo vestido, pero hubo un detalle que no ha pasado desapercibido. Y es que si es muy común, de hecho requerido de forma no explícita, que las mujeres asistan a este tipo de encuentros privados con el Santo Padre en negro, Charlene forma parte del puñado de mujeres que puede vestir en blanco durante las audiencias privadas con el Pontífice, algo que había hecho en cada una de sus visitas al Vaticano, hasta ahora.
Charlene de Mónaco en el Vaticano
Tradicionalmente, se espera que las mujeres que asisten a una audiencia privada con el Papa lleven un sobrio look en negro con mangas largas, sin escotes y falda por debajo de la rodilla, además de llevar la cabeza cubierta por una mantilla, que habitualmente es de encaje en el mismo color. Este código de vestimenta tiene una especial excepción y es que solamente 7 mujeres alrededor del mundo pueden acudir a estas citas vistiendo de blanco. Se trata de un honor reservado para las llamadas ‘reinas católicas’, esto como un reconocimiento a las reinas y princesas de la fe católica alrededor del mundo.
Charlene de Mónaco en el Vaticano
Si el color que ha elegido Charlene en esta ocasión ha llamado la atención, a pesar de que se unifica con el protocolo que aplica para el resto de las invitadas a las audiencias privadas en el Vaticano, este no fue el aspecto más comentado de su look. La Princesa llegó a la Santa Sede luciendo un elegante vestido en negro de Terrence Bray. Con mangas largas y falda con vuelo por debajo de la rodilla, parecía que el diseño era perfecto para una ocasión como ésta, pero mucho se ha comentado el escote barco que lució, que por momentos mostraba un tanto los hombros, algo que no se acostumbra en este tipo de apariciones.