El gran día llegó, con enorme emoción, la Reina Isabel apareció en el balcón del Palacio de Buckingham para dar el banderazo de inicio a las celebraciones por su Jubileo de Platino con el tradicional Trooping the Colour. El evento, que se caracteriza por ser uno de los más emocionantes para toda la Familia Real británica, fue especialmente significativo, no solamente por ser el inicio del festejo oficial, sino también por marcar su regreso después de la pandemia. Y como no todos los días se celebran 70 años en el trono, la Reina quiso hacer las cosas a lo grande. Tal como se ha vuelto una bonita costumbre para la familia, todos los Windsor hicieron acto de aparición en el Palacio, cerrando filas alrededor de la Reina, mostrándole su fidelidad y apoyo incondicional. Que si se trataba de todos, no podían faltar los Duques de Sussex, quienes regresaron a Reino Unido por primera vez como familia de cuatro, desde su partida de la vida de palacio en marzo del 2020. Aunque no aparecieron en el balcón, el Príncipe Harry y Meghan Markle sí que estuvieron en Buckingham para presenciar el desfile, pero, ¿desde dónde lo vieron?
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Si bien, tradicionalmente, todo Windsor aparecía en el balcón del Buckingham, este año se dio el aviso previo, solamente un puñado de personas acompañarían a la Reina, los miembros senior que siguen representando oficialmente a la Reina. Fue así como se marcó una delineada pauta en las invitaciones y se quiso recalcar el paso de las generaciones entre las personas de servicio con la monarca y sus primos, tres de sus hijos, tres de sus nietos y tres de sus bisnietos, con los niños Cambridge acaparando todas las miradas con sus ocurrencias.
Que si no se les veía en el balcón, no significaba que Harry y Meghan estaban ahí -aparentemente, sin Archie y Lilibet-. La lente curiosa de los paparazzi los capturó con el resto de la familia, con Meghan interactuando animadamente con las bisnietas de la Reina (las primas Phillips y Tindall) en uno de los ventanales del Palacio, por debajo del balcón. Ahí también estaban, Zara Tindall, Peter Phillips y Beatriz de York, los nietos de la monarca, por lo que hacía sentido su presencia en esta sala. Que si no pudieron saludar desde el balcón, Meghan no se quedó con las ganas de bajar la ventana de su automóvil al partir para saludar a la gente.
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El look de Meghan
En su regreso a Reino Unido y su primer reencuentro con la Familia Real británica, la Duquesa de Sussex quiso verse radiante. En los vistazos que se pudieron dar a su asistencia, se le vio llevando un glamuroso vestido azul marino con escote barco dejando sus hombros veladamente al descubierto, en un diseño muy similar al que usó la noche previa a su boda. Lo combinó con sombrero de ala ancha en blanco con un enorme moño en marino de la firma británica Stephen Jones. La melena suelta con ondas muy al estilo Old Hollywood y un maquillaje más marcado, tal como lo llevaba después de su boda con Harry.
Mostrándose de lo más relajada, se le vio jugando con las hijas de Peter Phillips y de Zara Tindall, haciéndolas reír, gesto que siguió Harry, quien en esta ocasión no pudo llevar su uniforme militar como solía hacer en este especial evento después de haber sido despojado de sus credenciales y al ser ya un veterano de guerra. Aunque en esta ocasión no se ha visto mucho de ellos, se espera que mañana en el servicio de la St. Paul’s Cathedral hagan su debut triunfal.