Kate Middleton rindió un sutil homenaje al matrimonio de la reina Isabel y el príncipe Felipe en el funeral del duque. La duquesa de Cambridge, quien suele tener buenas elecciones de moda, optó por usar joyas que honraran la historia de amor de la pareja real, esto durante el servicio funerario el sábado 17 de abril. Su look fue calificado como elegante desde el momento en que fue vista dirigiéndose hacia la Capilla de San Jorge. La esposa del príncipe William y madre de tres, llevó un solemne conjunto negro de Roland Mouret para la sombría ocasión. Y aunque se veía absolutamente divina, fue su elección de accesorios lo que realmente conmovió a los aficionados reales.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Kate, de 39 años, eligió usar joyas de la codiciada colección de la reina. Portó la icónica gargantilla de perlas japonesas de la Monarca, que la Reina recibió del gobierno japonés. Isabel ha usado en público la espectacular pieza de cuatro hilos, y ésta ha sido visa adornando el cuello de las mujeres de la realeza británica a lo largo de la historia, incluida la princesa Diana, quien lució el collar en una cena de estado para los Países Bajos en 1982.
De la manera más conmovedora, Kate tomó prestado el collar para celebrar el 70 aniversario de bodas de Isabel y Felipe en 2017. La duquesa debe haber elegido a propósito esta pieza para el funeral del Duque, como una forma simbólica de honrar la historia de amor de la pareja que hoy se dio el último adiós. Sus pendientes a juego también parecían pertenecer a la colección de la reina: un dúo de diamantes y perlas.
Además de sus joyas, Middleton colocó de manera moderna un tocado con velo sobre su cabello, que estaba recogido en un llamativo moño. Por razones de seguridad, también tenía puesta la misma máscara negra simple que su esposo William. La pareja fue de las primeras en llegar al íntimo funeral. Debido a las restricciones de COVID-19, la ceremonia tradicional se limitó a 30 invitados, que fueron aprobados por la reina Isabel.