La entrevista que Meghan Markle y el príncipe Harry ofrecieron a Oprah Winfrey no dejó a nadie indiferente en el Palacio de Buckingham. A través de un comunicado, la reina Isabel II respondió a las confesiones de la pareja, entre ellas las acusaciones de racismo, a las que la Monarca se dirigió en un comunicado un día después de la entrevista emitida el domingo pasado por CBS.
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En el texto se puede leer que: “Toda la familia se entristece al saber todo el alcance de lo desafiantes que han sido los últimos años para Harry y Meghan”. Sin dar mayores detalles ni ahondar en cada uno de los temas que se trataron en la charla de dos horas, la reina de 94 años informó que la situación quedará lejos de las cámaras para tratar el tema familiar en privado.
“Los problemas planteados, en particular el de raza, son preocupantes. Si bien algunos recuerdos pueden variar, se toman muy en serio y la familia los abordará en privado”, agregó la abuela de Harry, con quien el príncipe asegura que mantiene contacto a través de videollamadas.
En la conversación, Meghan reveló que durante su primer embarazo había preocupación entre algunos miembros de la familia por el color de piel que podría tener su hijo. Sin embargo, la actriz de Suits optó por no revelar quién fue la persona que sostuvo esa conversación con su esposo, puesto que los afectaría demasiado.
Las revelaciones de Harry y Meghan
Meghan y Harry hablaron de manera abierta sobre su tiempo como miembros activos de la realeza en el Reino Unido. Ahora, la pareja se encuentra viviendo en California, junto a su hijo Archie y en la dulce espera de una niña que nacerá el próximo verano.
La duquesa de Sussex también rompió el silencio sobre la supuesta ocasión en la que hizo llorar a su cuñada, Kate Middleton, y reveló que la situación fue al revés. Aunque sí sucedió semanas antes de su boda en mayo de 2018, Meghan aseguró que Kate fue quien la llevó a las lágrimas, aunque después se disculpó. Ambas se encontraban afectadas emocionalmente: Meghan con los detalles de la boda y los problemas con su padre, y Kate con los efectos de su tercer embarazo.
Otra de las impactantes revelaciones de Meghan fue sobre la presión que sentía al grado de no querer seguir viva. “No veía una solución”, contó sobre cómo las cosas no eran lo que ella pensaba y su integridad física parecía correr riesgo. “Había un muy verdadero y real y latente pensamiento de que ya no quería vivir. Fui a hablar con la institución, necesitaba ir a algún lugar y me dijeron que no podía”, confesó ante la sorpresa no sólo de su entrevistadora, sino de los fans de la realeza y de la familia de Harry.