Como cada año, se realizó la Misa de Pascua de la Familia Real británica, pero en esta ocasión la gran ausente fue Meghan Markle, quien se encuentra en la recta final de su embarazo. Una vez finalizado el servicio religioso, realizado en la capilla de San Jorge, en Windsor, los duques de Cambridge se acercaron hasta Frogmore Cottage con el príncipe Harry para visitarla.
De acuerdo a la edición norteamericana de Harper's Bazaar, William y Kate querían ver cómo se encontraba su cuñada, que está a punto de convertirse en madre por primera vez. También aprovecharon la visita para conocer el nuevo hogar de los duques de Sussex, al que se mudaron recientemente y entregarles un presente.
Tras la mudanza de los Duques de Sussex a Frogmore Cottage y la separación de las oficinas de Guillermo y Harry, la relación entre ambos matrimonios ha sido muy cuestionada. Por ello, se trata de una visita significativa."Todos estos rumores se basan únicamente en que Harry y Meghan han decidido abandonar el Palacio de Kensington y mudarse a Windsor. Pero la razón por la que lo hacen es porque el espacio en el que vivían era demasiado limitado y necesitaban más", dijo el exjefe de prensa de Isabel II, Dickie Arbiter, en una entrevista con US Weekly. "
Además, ahora que las casas de Sussex y Cambridge han separado sus oficinas no puedes tener a un pequeño equipo llevando la agenda de los dos. Cada una necesita su propio grupo de empleados. Cada uno entiende el trabajo de una mera diferente, así que esta separación es, logísticamente, lo mejor que han podido hacer", añadió. Ahora que Meghan se encuentra descansando en su nuevo hogar, ha recibido la visita de su amigo, el estilista Daniel Martín, y su madre, Doria Ragland, que viajó desde Estados Unidos a Reino Unido para estar junto a ella durante el nacimiento del bebé.
Mientras esperan la llegada del bebé, el príncipe Harry continúa cumpliendo con sus compromisos oficiales, lo que da a entender que Meghan todavía no ha dado a luz. Esta semana, el duque de Sussex viajó junto a su cuñada, la duquesa de Cambridge, para asistir al Servicio de Conmemoración y Acción de Gracias del Día de Anzac. Mientras eso ocurría en la Abadía de Westminster, el duque de Cambridge asistía a un servicio en Auckland, Nueva Zelanda, para honrar a las víctimas del ataque terrorista de Christchurch del pasado 15 de marzo.
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William también colocó una corona floral en el cenotafio del Museo de la Guerra, en la ciudad de Auckland, durante una ceremonia del día de Anzac, que conmemora el desembarco de las tropas aliadas de la Primera Guerra Mundial en Galípoli (Turquía) el 25 de abril de 1915. Más de 26.000 soldados del Ejército de Australia y Nueva Zelanda (ANZAC) murieron en la desastrosa campaña de Galípoli y otros tantos resultaron heridos, pero la batalla está considerada en ambos países oceánicos como un crucial momento que les ayudó a forjar sus respectivos espíritus nacionales.