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La amistad viene antes de las incomodidades o por lo menos eso es lo que pensó Eugenia de York para el día de su boda con Jack Brooksbank. Sin importar lo que su nueva cuñada, Meghan Markle pudiera pensar, la Princesa invitó a las dos exnovias del Príncipe Harry, Cressida Bones y Chelsy Davy. Ha de decirse que Eugenia es amiga de las rubias de años –de hecho se dice que fueron las hermanas York las que presentaron a Cressida con Harry- y ellas no iban a perderse el gran día.
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La realidad es que Harry también las invitó a–por lo menos, a la ceremonia- de su boda con Meghan, demostrando que entre ellos no hay ningún tipo de sentimiento o rencor. Cómo olvidar aquellas imágenes de Chelsy que dieron la vuelta al mundo, en las que no se le veía tan cómoda durante la ceremonia, con más de un gesto de nostalgia que se entiende perfectamente, después de haber compartido tantos años de relación con Harry.
Chelsy fue novia de Harry durante siete años y su relación fue tan cercana que hay quien dice que antes de su boda, el Príncipe la llamó para tener una nostálgica despedida vía telefónica. Por su parte, Cressida estuvo con Harry apenas dos años, pero después de eso quedó siendo gran amiga del primo de la novia, tanto que el Príncipe no dudó en acompañarla en su debut teatral hace algunos años.
En el caso de Chelsy, su relación con Harry se acabó en el año 2011 a causa, según apuntaron algunos medios, de la profunda infelicidad de ella ante la perspectiva de una vida futura sin privacidad. Tras esto, la británica estuvo saliendo con el joyero Charles Goode, con el que incluso llegaron a sonar campanas de boda. Hasta la llegada de Meghan a la vida del nieto de Isabel II, el nombre de Chelsy seguía sonando como futura esposa del hijo del príncipe Carlos. De hecho, la última vez que se supo que habían estado juntos, fue en 2015, cuando ambos tuvieron una cita secreta durante un viaje que Harry hizo a África.
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Cressida Bonas también parecía la mujer perfecta para formar parte de la Familia Real, pues era una aristócrata inglesa. Sin embargo, la relación se rompió en 2014, cuando la rubia decidió enfocarse en su carrera actoral. Demostrando que le hubiera costado trabajo mantenerse dentro de las estrictas reglas de la realeza, recientemente posó completamente desnuda con un tiburón bebé en las manos, como parte de una campaña de caridad.
Al parecer, entre los Windsor las relaciones acaban en los mejores términos. Hay que recordar que el Príncipe William también invitó a sus exnovias a su boda con Kate. Aunque las exnovias llegaron en momentos diferentes de los Duques de Sussex, hay que recordar que la capilla de St. George no es muy grande -850 personas en esta ocasión-, por lo que no será raro que en algún momento se topen en lo que definitivamente es un encuentro del que nadie quiere dejar de ser testigo.