Según la tradición, las mujeres que se encuentran en visitas oficiales en el Vaticano con el Papa Francisco suelen vestir en negro con mantilla en la cabeza del mismo color, mientras que para las reinas católicas del mundo se reserva el color blanco. Pero hay ocasiones en las que el protocolo no escrito se puede omitir, como sucedió durante el encuentro de esta tarde entre el Pontífice, el Príncipe Carlos y la Duquesa de Cornwall. En esta ocasión, Camilla apareció con un sobrio traje en dorado, pero, ¿por qué ha dejado el negro de lado?
Las razones son muchas, la primera y más evidente es que la Duquesa de Cornwall no profesa el catolicismo, por lo que su look va alineado a un encuentro con un mandatario, no a la más alta autoridad de esta fe. Pero no solo esto, sino que la decisión de vestimenta va principalmente alineada a la nueva política de “no dress code” que ha impuesto el relajado Papa Francisco. El Santo Padre ha dejado claro en más de una ocasión que las cuestiones de protocolo no le son muy importantes, por lo que las audiencias privadas con él se han relajado un poco desde el inicio de su pontificado. Muestra clara, la ausencia del negro y el encaje que solían inundar estos encuentros en la Santa Sede.
Siguiendo esta nueva tendencia, para este esperado encuentro durante su visita al Vaticano, Camilla se ha decantado por un dress coat en seda dorada con un chalina en el cuello en un tono más subido de este mismo color, por una de sus diseñadoras de cabecera, Anna Valentina. El look más relajado contrastó con el que la Duquesa de Cornwall llevó años antes durante el encuentro que tuvo con el Papa Benedicto XVI, cuando sí llevó el tradicional look en negro con todo y la mantilla tradicional.
Un vocero del Vaticano ha explicado al DailyMail: “El Papa es muy relajado en cuanto al protocolo y no hay código de vestimenta, por decirlo así”. Tan relajado es el Santo Padre que no es raro verlo compartiendo algunas bromas y ocurrencias con sus invitados, como fue el caso con el Príncipe Carlos, a quien le arrancó más de una sonrisa. Durante el intercambio de regalos, la pareja dio al Papa una canasta de productos de su cosecha, Highgrove, la cual será entregada a personas en situación de calle. Por su parte, el Santo Padre les regaló una espiga de bronce y un ejemplar de su encíclica.
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La Duquesa de Cornwall no es la única que ha dejado en el clóset el vestido negro para su encuentro con el Papa, su suegra, la Reina Isabel, también ha preferido otros colores. Durante su visita al Vaticano en el 2014, la Reina llevó un traje azul y tal como su hijo, se mostró de lo más sonriente frente al Pontífice.