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¿Qué se le puede regalar a una princesa por su cumpleaños? Sobre todo, cuando se está tan enamorado como el Príncipe Federico de Dinamarca de su esposa, la Princesa Mary. Pues reportes internacionales señalan que el heredero al trono podría haber comprado a su mujer una isla en Tasmania para celebrar su cumpleaños 45. Los rumores cobraron fuerza, cuando la empresa encargada de vender estos exóticos regalos ha confirmado que una de sus islas fue comprada por un “empresario extranjero” que quiere usar el particular destino para sus vacaciones personales. La realidad, es que parece que el regalo ha quedado en rumor, pues el Palacio de Dinamarca se tardó un par de días en negar la fastuosa compra. "Podemos negar que Su Majestad, el Príncipe Heredero haya comprado una isla en la costa de Tasmania", se leía en un breve comunicado del Palacio.
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Las especulaciones comenzaron, cuando publicaciones australianas dieron a conocer que el Príncipe Federico podría haber comprado una isla como regalo de cumpleaños para su mujer. Los curiosos no pudieron resistirse y las investigaciones se dejaron llevar hasta que se llegó hasta a un precio y hasta el nombre de la isla en Tasmania que podría ser considerado el nuevo destino vacacional de los Príncipes.
En cumpleaños 45 de la Princesa Mary será el próximo 5 de febrero pero se dijo que la transacción de compra de la isla que se sospecha habría sido adquirida por el Príncipe, se cerró desde mayo pasado. Según reporta Mercury, la isla podría haber sido Waterhouse Island y aunque no se ha dado a conocer el precio que se pagó por ella, se sabe que sus anteriores dueños la habían puesto en el mercado por 5.5 millones de dólares (alrededor $118 millones de pesos mexicanos). Algunos medios de Oceanía, aseguran que la compra se habría hecho por 10 millones de dólares (alrededor de $21 millones de pesos mexicanos).
La compra no sonaba tan descabellada y es que en Tasmania existen varias islas que están a la venta y en los últimos años se han vendido en precios bastante “accesibles” para millonarios en busca de privacidad. Algunos de estos paradisiacos destinos han sido comprados incluso, por cantidades menores al millón de dólares, volviéndose una de las fascinaciones de quienes pueden darse estos lujos.
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A pesar de no confirmarse esta información, se sabe que la Princesa tiene un enorme amor por la tierra que la vio nacer, Tasmania, por lo que intenta visitarla con su familia cuando es posible. Apenas en el invierno del 2015, los Príncipes y sus hijos dejaron de lado los festejos de la Familia Real para poder pasar las fiestas en este lugar. Desafortunadamente, la Princesa no tendrá su propio pedazo de cielo en la hermosa isla que se decía sería su increíble regalo de cumpleaños.